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Doulaje Stefania

Testimonio Stefanía, Nicolás y Leonardo (28/07/2018)

Stefanía es una mujer fuerte y con las ideas claras. Me acuerdo cuando tuvimos la entrevista y me contaba la clase de parto que quería y todo lo que se había preparado para ello, de su claridad y empoderamiento surgía un impulso de rechazar todo lo que viniera de parte de los profesionales sanitarios.
Como doula apoyo a cada mujer en su camino de maternidad pero, además, les recuerdo que es importante aprender a confiar en los profesionales que le atienden durante el proceso. Eso se puede hacer al mismo tiempo que siguen conectadas con sus propios instintos, sus propios deseos y sus derechos como usuarias, ya que es importante comprender que, a veces, es necesario que ellos actúen para que todo vaya bien para la salud materno-infantil. En la maternidad siempre hay que contar con un Plan A, B, C, D,… y todos los que haga falta.
La vida trae sorpresas y el parto de Stefanía fue de pródromos tan intensos que parecían parto y luego el parto fue largo, tanto en la parte que vivimos en casa como la que sucedió en el hospital, además de las dificultades añadidas del posparto inmediato. Así que tuvo que acceder a todos sus recursos internos y a toda la confianza en las personas que les rodeaban, que demostraron  su gran profesionalidad.
Fue un ejemplo de valentía y superación por parte de esta hermosa familia que se han quedado en mi corazón para siempre. Gracias por confiar.
Me había preparado bien para este momento tan soñado y esperado, tenía todo tan claro sobre lo que quería y lo que no, con mi plan de parto y mi convicciones. Pero el destino tenía planeado algo distinto, algo con lo que no había contado. Estuve soñando y concentrándome para tener este parto de la forma mas natural posible pero tuve que aprender una gran lección de humildad. En la realidad se hizo todo muy muy largo, tan largo que mi pequeñín nació sufriendo por tanta espera y tuvo que ser ingresado en la UCI neonatal más de una semana.
Fue muy importante para mi tener a mi doula Llucia, acompañándome en todo este tiempo. Fue un alivio tener una persona al lado que supiera lo que necesitaba sin tener que pedírselo, desde las necesidades más básicas como tener sed o calor, hasta  tranquilizar a mi familia para que no hubiera estrés en el aire. En estos momentos tan largos y a ratos pesados, sabía que podía contar con ella y todo se me hizo más liviano y soportable. Después del parto también su buena energía nos ayudó a tener una buena lactancia que todavía disfrutamos. Tuvimos también la suerte de encontrar en el hospital una muy buena matrona con la que hicimos buen equipo, permitiendo estar dentro de paritorio tanto a la doula como a mi pareja, esto para mi fue muy importante.
Agradezco que todo al final se quedó solo en un susto, mi baby es una pelotita de amor, lleno de energía y alegría.
Agradezco mucho la ayuda y el soporte que tuve por parte del personal sanitario de Son Llàtzer .
Agradezco a Llucia su presencia, su buena energía, su paciencia, su Ser.
Las personas se cruzan en el camino siempre por una razón, no tengo duda.
Ahora sigo disfrutando de la alegría de la vida que es maravillosa.
Stefanía

acompañArte

Testimonio Nadia, Ben y Osiris (1-05-2018)

Nadia llegó a mi por recomendación de una amiga suya que estaba muy contenta con mis servicios, es bastante común que el boca a boca sea la mejor correa de transmisión y que en grupos de mujeres afines acabe siendo la doula y/o la terapeuta de la mayoría de ellas a lo largo de los años. No hay como unas palabras desde el corazón, explicando una experiencia tan íntima y lo que significó para ellas mi acompañamiento, para «sentir» que eso es lo que quieren para su maternidad.

Como explica Nadia, es increíble como la comunicación se produce más allá del idioma que cada una habla normalmente, la relación mujer/doula es tan potente que se engarza más bien en la energía, las miradas y el contacto… con todo ello se produce una alquimia que facilita transitar la intensidad de convertirse en madre como algo sagrado, potente y reparador.

Aunque durante el embarazo solemos hablar de que en la maternidad hay que estar preparadas siempre para diferentes planes, para aceptar lo que la vida trae, es difícil para una mujer tener que cambiar del deseo de parir en casa… a la necesidad de acudir al hospital, inmersa ya en el proceso de parto, aunque no sea una cuestión urgente. Nadia fue muy valiente, porque a eso tuvo que añadir que el protocolo con aguas teñidas es de acelerar el proceso con oxitocina, algo que aumenta la sensación de las contracciones a unos niveles que para sostenerlo se requiere mucha entereza.

Fue increíble, debido a las circunstancias cuando entré en paritorio Nadia ya estaba en pleno apogeo, en aquel momento una parte de ella aún intentaba asimilar las nuevas circunstancias, mientras su cuerpo no le daba tregua… nos fundimos en un abrazo, le recordé (más con gestos que con palabras) que también en el hospital podía disfrutar su parto y vivirlo desde la Loba que ella es. Desde ahí fue fluyendo todo de forma rápida, con Nadia en el Planeta Parto, su pareja cerca de su corazón y ayudando desde el mejor lugar, las matronas aportando su control del bienestar materno-fetal y aceptando que estuviéramos todos juntos en paritorio apoyando el precioso nacimiento de Osiris.

Nadia es bella por dentro y por fuera, más allá del parto hay una bonita complicidad de tribu con ella y sus amigas del alma en tierras mallorquinas, todas son mujeres poderosas, de algunas hablaré pronto, aquí os dejo con las palabras de Nadia:

 

Así que encantada de compartir mi experiencia de nacimiento aquí, la presencia de Lucía, la sabiduría, la sanación y sus conocimientos me proporcionaron una comodidad y paz completa desde el momento en que nos conocimos. Enraizada en la tierra, Lucía es una poderosa madre de la tierra con un gran corazón, desde donde nos conectamos más allá de nuestra barrera del idioma.

Planeamos tener el nacimiento en casa, con esto en mente no habíamos preparado mucho más allá del espacio.

Mi compañero y yo pasamos nuestros últimos momentos en casa plantando semillas en la naturaleza para los próximos meses.

Sintiéndonos muy conectados con la atracción de la luna, decidimos dar la bienvenida a nuestro hijo Osiris con una ceremonia de luna llena 6 días antes de mi día esperado. Fue la noche siguiente, soñando bajo la luz de la luna luminosa que inunda la ventana de nuestro dormitorio que me desperté con un movimiento giratorio seguido de un chorro de agua liberada. Entusiasmada, desperté a mi compañero, me puse de pie y el agua siguió fluyendo. Llamamos a nuestra matrona, ya que a medida que pasaba el tiempo, mi compañero notó una ligera coloración … que sabíamos era una indicación para ir al hospital. Completamente desprevenidos, llenamos el coche de cosas como si nos estuviéramos mudando de casa, cogimos la funda de la silla de coche de nuestro bebé del tendedero, que aún se estaba secando, y condujimos casi una hora a Inca desde nuestro pueblo de montaña.

Elegimos el hospital de Inca ya que son pro naturales y menos propensos a intervenir innecesariamente. Estuvimos muy contentos con el equipo y no puedo agradecerles lo suficiente por permitir que tanto Lucía como mi compañero Ben estuvieran juntos en paritorio durante todo el proceso del nacimiento. A pesar de la pequeña dosis de oxitocina que se necesitaba debido a la coloración del líquido amniótico, realicé un parto natural con la ayuda de Lucía, que llegó en el punto más crucial, cuando sentí que no podía continuar … ella me tomó en sus brazos y me guió a través de las etapas finales más críticas, conectadas de corazón a corazón. Aunque no recuerdo las caras y los detalles, ya que estaba muy en mi espacio interior, recuerdo la presencia, el apoyo y el amor que rodearon todo el trabajo de parto.

Fue un parto bastante corto con solo unas pocas horas en la sala de partos, pero cuando estas en el “planeta parto”, el tiempo se vuelve completamente intrascendente.

Sostener a nuestro hijo Osiris en nuestros brazos por primera vez es una sensación de pura euforia y amor divino. Presencia y unidad completa.

Lucía, te damos gracias de todo corazón y estamos eternamente agradecidos por tu presencia en la sala de parto y toda tu sabiduría y apoyo antes y después del nacimiento. Si hay una solicitud que quisiera llevar a cabo en mi próximo nacimiento es la presencia de Lucía en el parto y sus poderosos tratamientos de osteopatía en el embarazo, que mantuvieron mi cuerpo alineado, relajado, abierto y conectado… gracias.

Nadia y Osiris

Texto original de Nadia:

So delighted to share my birth experience here, Lucía presence, wisdom, healing, and knowledge provided total comfort and peace from the moment we met. Rooted to the earth Lucia is a powerful earth mama with a big heart, from where we connected beyond our language barrier.
We planned to have the birth at home, with this in mind we had not prepared much beyond the space and alter.
My partner and I spent our last moments at home in nature planting seeds for the months ahead.

Feeling very connected to the pull of the moon, we decided to welcome our son Osiris in with a full moon ceremony 6 days prior to my expected day. It was the following evening, dreaming under the luminous moon light that floods our bedroom window that I awoke to a swiveling motion followed by a gush of water releasing. Excited I woke my partner, stood up and the water continued to flow. We called our midwife, as some time passed my partner noticed a slight discoloration. Which we knew as an indication to head to hospital. Completely unprepared we packed the car like we were moving house, pulled the car seat off the washing line which was still wet and in pieces, and drove almost an hour to Inca from our mountain village. We chose Inca as they are pro natural and less likely to intervine unnecessarily. We were really pleased with the team, and cannot thank them enough for allowing both Lucía and my partner Ben in the room together at the time of birth. Despite the small dose of oxitocin that was required due to the discoloration of my water, I performed a natural birth with the help of Lucía who arrived at the most crucial point, when I felt I could not continue. She took me into her arms and guided me through the final most critical stages, connected heart to heart throughout. Although I do not remember faces & details as I was very much in my inner space, I remember the presence, support and love that surrounded throughout the labor.
It was a fairly short labour with only a few hours in the labour room but when in the birthing zone time becomes completely inconsequential.

Holding our son Osiris in our arms for the first time is a feeling of pure divine euphoria & love. Complete presence and oneness. Lucía we thank you with all our hearts and we are eternally grateful for your presence in the labour room and all your wisdom and support prior and after the birth. If there’s one request I would carry through to my next birth it’s having Lucía’s presence at the birth & her powerful osteópata treatments before which kept my body aligned, open & connected. We thank you.

 

acompañArte

Testimonio Lila, Adrián y Lou (30-05-2018)

En mi primera entrevista con Lila fue muy evidente que solo necesitaba que alguien le hablara de corazón a corazón, que le explicaran cuanto Poder hay en un parto y abrirse a la posibilidad de conocer profesionales que atendieran sus necesidades y respondieran con empatía a sus preguntas.

Al acabar nuestra conversación le había cambiado la cara, de estar perdida y desconectada, pasó a tener una energía muy luminosa y una gran ilusión por vivir con consciencia lo que le restaba del embarazo y, por supuesto, su parto.

Supo encontrar muy rápido lo que toda mujer lleva dentro: fuerza, conexión, poder,… dio los pasos necesarios, enfiló su atención, se relajó en la confianza en su cuerpo y en su intuición. Llegado el día todo sucedió de forma muy fluida, nos acompañaba una gran Luna Llena que fue muy especial para mi porque me pasó algo inusual, tuve dos partos seguidos con tan solo dos horas de descanso entremedio que fueron preciosos, uno en casa y otro en Hospital ¡justo era el Día Mundial de la Doula! y aquí conté mi experiencia.

El parto de Lila fue potente y muy intuitivo, hicimos un gran equipo entre todos los profesionales implicados, trabajando con complicidad y respeto mutuos: matrona, ginecólogo y doula. Las diferentes etapas del proceso del parto fueron solventadas paso a paso, tal como en una maratón (símil muy utilizado por las mujeres que son deportistas), donde la madre nunca sabe hasta donde será capaz de llegar, pero se centra en estar presente y transitar la experiencia. Eso acaba concediendo un Gran Poder Interior.

Aquí lo cuenta Lila con sus propias palabras:

 

Conocí a Llucia en la semana 28 de mi embarazo. Ella me llego como un ángel que Dios manda para responder a las oraciones mas profundas del corazón.

Hasta conocer a Llucia no había logrado encontrar mi camino hacia la maternidad, la verdad es que como primeriza el aspecto que me provocaba mas temor era el acto de parir…tanto que en algún momento incluso consideré la cesárea como una alternativa. Los profesionales médicos de dos hospitales diferentes hicieron poco para calmar mis ansiedades y encontré un gran vacío en el apoyo emocional y espiritual.

Cuando encontré la pagina web de Doulas MAM Mallorca, inmediatamente tuve la sensación que estaba tocando en la puerta correcta. Desde el comienzo tuve correspondencia con Llucia y después de una visita ella me pudo resolver las dudas, y como si tuviese un espejo en la mano me permitió ver dentro de mi misma, inspirando en mi una confianza, un amor y un poder dormido. Me encontré sin temores y con mucha confianza e intuición sobre mis capacidades naturales. Tomé la decisión de que Llucia fuera mi doula y como tenía un embarazo sin complicaciones decidí que quería un parto natural en el agua.

Con solo diez semanas de preparación, encontré mi camino. Mi doula me pudo recomendar un tremendo equipo y con su orientación una nueva clínica, me pasó el contacto de una fantástica terapeuta del suelo pélvico y de un obstetra de la Policlínica Miramar que supo responder a mis preguntas y necesidades.

Cuando llegó el momento que mi hija quiso salir al mundo, coincidimos con el amanecer después de una luna llena. Mi doula justo salía de otro nacimiento cuando la llamé, como en ese momento estaba solo comenzando las contracciones quedamos en que le llamaría mas tarde para informar como progresábamos. Hacia el medio día comenzaron a aumentar las contracciones y Llucia llegó a mi casa en 20 minutos, llena de energía. De ahí casi inmediatamente salimos al Hospital por mi voluntad y cuando llegamos me informaron que solo estaba dilatada de 1 cm. ¡Me querían mandar de vuelta a casa! En este momento Llucia se puso a hablar con la matrona y no se como consiguió que nos dejaran quedar una hora para ver si progresaba más o menos rápido. Con el apoyo de Llucia logré dilatar 2 cm más en esa hora y siento que fue gracias a la comunicación y la conexión que yo sentía con mi Doula. Ella respondió en ese momento como si me estuviera cargando, me estaba apoyando permitiendo que mi mente, emociones, cuerpo y alma se rindieran al acto de parir.

Tuvimos momentos donde el parto se frenaba y no dilataba más, en esos momentos mi doula supo que masaje emplear, que música poner y como guiar la experiencia para que yo me relajara. En total desde la hora que llegó Llucia hasta que nació mi hija estuvimos nueve horas. Siento que gracias a su apoyo, mi hija y yo pudimos superar las pausas de progresión en el parto y conseguir mi deseado parto en el agua.

Parto Lila bañera 400 px

Después del nacimiento de mi hija, Llucia estuvo ahí para ayudarme con la lactancia y tres días después cuando me subió la leche ella estuvo para orientarme y animar una buena relación de lactancia entre mi hija y yo. Ahora ha pasado las semanas y yo puedo disfrutar mucho de mi hija y de nuestra conexión.

Siento que lograr tener el parto de mis sueños me ha puesto en una posición favorable para conectar con mi hija y hacer la transición de mujer a madre llena de mucho amor, confianza y por supuesto ¡oxitocina!

Parto Lila y Adrián

acompañArte

 

Testimonio Diana y Valentina (25-04-18)

Cuando Diana vino a hablar conmigo me encontré con una mujer que estaba un poco «perdida» y, sobretodo, que estaba sola. La maternidad es una gran transformación que requiere puntos de apoyo externos para poder afrontar las inseguridades que se despiertan, en su caso se añadía que era madre soltera a pesar de que en principio tener un hijo había sido un proyecto común con el padre de su hija.

Me sorprendía el coraje con el que llevaba su situación, físicamente estaba muy bien, pero emocionalmente vivió un embarazo muy difícil. Pudo contar con la ayuda de un grupo de mujeres con el que se reunía cada semana, tuvo su pequeña tribu que fue de gran apoyo mientras iba avanzando la gestación, preparándose para el gran momento.

Diana y amigas 500px

Vino a verme con su madre, que también es un gran pilar para ella, especialmente ahora que está criando a su hija. Diana y yo conectamos enseguida y vio muy claro que quería contar con una doula para sentirse acompañada de forma cercana y para poder tener su parto consciente y sin epidural, en la medida de lo posible.

Yo le ofrecí poder contar también con una doula en prácticas y así fue como conoció a Camila, también conectaron muy bien y tuvo su ayuda en diversos momentos del proceso de parto, fue un nacimiento precioso entre mujeres.

La matrona del hospital tuvo un trato muy respetuoso y colaboró con sus sugerencias para que Diana tuviera el mejor parto posible. Ella entró tan profundamente en el Planeta Parto que ni sabía lo que estaba pasando, recuerdo que cuando tenía 2 cm de dilatación la matrona le explico que aún no estaba de parto… y varias horas más tarde, cuando ya estaba de 8 cm, Diana me pregunto que cuando iba a ponerse de parto…¡se creía que aún estaba con pródromos, a pesar de la intensidad de lo que estaba viviendo! Mostró gran coraje y valor todo el tiempo, probablemente el parto fue más duro debido a que Valentina venía mirando hacia delante y eso dificultó su descenso por el canal de parto, pero ella sostuvo con mucha entereza toda la experiencia.

No deja de sorprenderme lo que Diana es capaz de hacer siendo madre: alimentar a su hija, encajar su realidad cotidiana, llegar a acuerdos con el padre de su hija que no perjudiquen la lactancia y que permitan el vínculo padre/hija, bregar con leyes absurdas….¿de verdad alguien cree que un recién nacido puede estar tres horas sin comer, mientras está intentando crecer y adaptarse a la vida fuera del útero?.

Falta sentido común en la política y en las leyes, además de profesionales que sepan de los derechos del recién nacido y de como funciona la biología. También faltan políticas que prestigien la maternidad y la protejan durante los primeros años, así como sucede sobretodo en el norte de Europa, donde hay países que cuentan con bajas maternales mucho más largas que en España.

Mientras tanto aquí va el testimonio de la experiencia de parto con doulas, contada por su protagonista:

Todo empezó cuando una hermosa mujer me recomendó que contactara con Llucia Mir para que como doula me acompañara en la etapa final de mi embarazo y parto, me dijo: «es la mejor inversión que puedes hacer, no te vas a arrepentir» y ¡cuanta razón tenía!.

Llucia, desde la primera vez que nos entrevistamos una a la otra, me dio mucha seguridad pues yo tenía muchas dudas como madre primeriza y con conciencia de querer hacer las cosas lo más natural posible, me dio información útil que yo le solicité, para prepararme para el parto, la lactancia y otras cosas de interés para mí.

Como doula estuvo siempre atenta y pendiente de mi, me abrió el abanico de posibilidades para que yo escogiera, estuviera bien y me enfocará en lo importante, mi bebé y mi parto.

El día del parto llegó y me inyectó paz y calma con tan solo abrazarme, luego las contracciones se llevaban mejor con sus masajes en la espalda, me sugería diferentes posiciones para mi descanso mientras continuaba el trabajo de parto, siempre respetando el ritmo  que llevaba mi parto.

Camila vino con ella, es una aprendiz de doula que Llucia tuvo la intuición de que nos acompañará en mi parto y fue muy acertada pues me aportó más cariño, fuerza y ternura al trabajo de parto, estuvo también pendiente de cubrir mis necesidades inmediatas, dándonos apoyo y fuerza, tanto a mi como a mi madre, ya que ellas estuvieron juntas buena parte del tiempo mientras esperaban fuera de paritorio.

Diana y Camila 500px

Ya en el hospital nos quedamos solas ella y yo, pero yo estaba tranquila porque Llucia en todo momento mantenía informada a mi familia, pero siempre primero pendiente de mí y mis necesidades, en esos momentos sientes tanto la contracción que no escuchas lo que te dicen, pero me hacía llegar su apoyo ya sea con caricias, miradas o atenciones.

Una de las cosas que más valoro es que Llucia sabía todo lo que yo quería para mi parto y para el recibimiento de mi bebe pues juntas miramos el plan de parto que elaboré de forma personalizada, así que cuando yo ya estaba en el «Planeta Parto» como dice ella,  mi doula era el hilo que me mantenía conectada a la realidad y el cumplimiento del mismo.

Y de lo que más me siento afortunada de tenerla en mi parto es por la oportuna ayuda que me dio a la hora del expulsivo, por un lado mi bebé no bajaba y la bolsa del líquido amniótico no se rompía, cuando al fin se rompió y todo se aceleró, junto a la comadrona me ayudaron a colocarme en una postura cómoda y segura para mi bebé (tumbada de lado), yo ya estaba muy cansada después de 10 horas de trabajo de parto, Llucia tuvo la gran visión de ayudarme con la pierna de arriba moviéndola de tal forma que me ayudaba a aliviar la contracción y a abrir más la pelvis al mismo tiempo que yo empujaba a mi bebé, fue maravilloso pues así el expulsivo duró menos. Por otro lado, en esta fase la matrona me daba instrucciones que yo no entendía, como que dejara de pujar y en mi cabeza me decía ¿porqué voy a dejar de pujar? Justo antes de preguntar nada, se acercó Lucía a mi cara y me explicó que se trataba de evitar que se rompiera el periné, eso me ayudó a estar más tranquila, segura y atenta a las indicaciones para así conseguir desgarrarme menos.

Gracias al apoyo y compañía de Llucia en mi parto tengo la fortuna de recordarlo con mucho cariño pues yo estaba conectada de lleno con mi bebe y ella se encargaba de lo demás, cuando yo ya disfrutaba de mi bebe en brazos siguió junto a mi durante el tiempo de espera para que saliera por sí sola la placenta y luego guardarla para llevarla a casa, tal como lo decía mi  plan de parto. A la hora de la lactancia materna también fue muy importante y como doula estuvo ahí con sus sugerencias y apoyo, al día siguiente se pasó a vernos y hasta la fecha sigue pendiente de nosotras.

Llucia apareció en el momento justo de mi vida cuando necesitaba apoyo y cariño, contar con mis dos doulas me ayudó a disfrutar de ese momento tan especial y con tantas emociones juntas, por todo ello les estoy muy agradecida y me siento afortunada de contar con la fuerza de estas hermosas mujeres: Llucia y Camila ¡Gracias!

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Mi especial Día Mundial de la doula 2018

Todo empezó ayer por la noche con una espectacular luna llena, parece que en este caso venía dispuesta a recordarnos su influencia en el nacimiento de los bebés, lo que me ha permitido vivir el día Mundial de la Doula más especial de mi vida.

Justo cuando iba a dormir recibí la llamada para acudir a un parto en casa del que estaba de guardia y ahí me puse en marcha. Fue un baile de brujas porque debido a que el padre no podía estar, fuimos tres doulas con el equipo de Mikel Mantxola  (habitualmente somos dos). En la casa estábamos la mujer de parto, su madre cuidando de su hija de tres años y todo el equipo de atención al parto en casa procurando ofrecer la mejor experiencia posible a esa hermosa mujer. Digo que fue un baile de brujas porque las doulas estuvimos entrando y saliendo del círculo energético de la mujer de parto, entrando y saliendo delicadamente de su espacio físico, sin necesidad de muchas palabras, las justas y necesarias en el momento oportuno.

Era como una danza de miradas y gestos, con una armonía exquisita, no sobraba ninguna mano, no faltó nada de lo que se necesitaba. Fue una ducha de oxitocina, la «peligrosa» hormona del amor, seguramente una de las razones por las que en la época medieval se tenía tanto miedo a las mujeres que se las tachaba de brujas. Todas nosotras «somos las nietas de las brujas que no pudieron quemar».

Deseo dar las gracias a Mikel, comadrón, maestro y amigo con el que siempre disfruto de trabajar.

Gracias a Cris, mi maestra en tantas cosas y compañera del equipo doulas mam desde hace casi 10 años.

Gracias a Jaja, doula de corazón y con quién me une una gran afinidad que va más allá de las palabras.

Gracias a Anita, la gran mujer que ha parido a las 4’30h de la madrugada con mucha intuición a su preciosa hija, mientras su otra hija y su madre descansaban en otra habitación…

Pero ahí no acabó la cosa, ese día tan especial que nunca olvidaré, me reservaba otra experiencia de doula.

Cuando a las 7’30h de la mañana me dirigía a casa a descansar, recibí la llamada de otra mujer de parto. En este caso estaba empezando a tener contracciones molestas pero irregulares. Hablamos sobre que no se podía saber si el parto arrancaría, excepto viendo como evolucionaba. Decidimos que yo me iba a descansar un rato y en un par de horas nos contábamos más cosas.

Pude dormir dos benditas horas que me regeneraron totalmente y aproveché para desayunar algo, cuando volví a hablar con la mamá me contó que estaba cada vez más molesta, así que decidimos que me iba para su casa. Allí estuvimos el tiempo en que se sintió cómoda, hasta partir todos hacia el hospital. En este caso era la Policlínica Miramar, hospital privado de Mallorca donde están trabajando de forma muy decidida hacia la línea de ofrecer partos fisiológicos y respetados.

La mujer de parto necesitó todo su coraje para atravesar cada una de las etapas ya que fueron intensas y profundas. Ella es una mujer deportista y acostumbrada al esfuerzo, pero se sorprendía de todo lo que iba sintiendo a medida que avanzaba en su parto. Aún así todo fue fluido, la comadrona aportó su cercanía y profesionalidad, con las propuestas más apropiadas a cada momento. Su pareja y su madre estuvieron desde su precioso lugar, cerca del corazón de la mujer. Cuando se acercaba el expulsivo, pudo entrar en la bañera para tener su parto deseado en el agua, el ginecólogo llegó para acompañar en la etapa final y  decisiva, solo intervino lo justo y necesario, con su actitud más discreta mientras la naturaleza seguía su curso previsto de forma perfecta… y eso a veces es lo más difícil.

Pudimos estar juntos la pareja y la doula dentro de paritorio, algo que agradecen todas las mujeres y que espero que muy pronto se normalice en todos los paritorios de España, porque es algo absolutamente integrado en los demás países europeos donde deseamos mirarnos (Inglaterra, Suiza, Holanda, Bélgica, Dinamarca,…) y desde luego también Estados Unidos de América.  No solo respecto a la doula, también respecto a otras personas que la mujer desee tener cerca: madre, amigos, fotógrafo,… porque esa es una de las muestras más importantes de que los protagonistas son la mujer de parto y su bebé, por tanto se respetan sus deseos en todo aquello que pueda facilitar su experiencia de parto.

Quiero dar las gracias al Dr Ferret, ginecólogo al que admiro por su trato de los partos y de las mujeres de parto, además de su respeto a mi profesión de doula.

Gracias a la comadrona Noelia, que sostuvo toda la experiencia con gran delicadeza y sabiduría, además de trabajar conmigo con complicidad en favor de la mujer de parto.

Gracias a Lila, por su coraje a la hora de parir  a las 18’50h a su linda hija. Así como a su marido y su madre que me hicieron sentir la confianza que depositaban en mi como familia.

Pronto hará una década que soy doula, dejé de hacer la lista de familias a las que acompaño hace varios años, así que ya perdí la cuenta.  Pero no perdí la cuenta de lo que me aporta estar conectada desde el corazón con mujeres transitando diferentes fases de su maternidad, en cada acompañamiento se va engrandeciendo mi visión sobre lo que las mujeres aportamos al mundo. Y sobre lo que las doulas aportamos a otras mujeres, acompañándolas en su maternidad consciente.

Sean cuales sean las circunstancias, la edad, la cultura o la fase por la que estén pasando… veo a mujeres con CORAJE, DISPONIBILIDAD Y AMOR.

Y desde mi labor de doula acompaño esa transformación, devolviendo el reflejo de ese coraje, disponibilidad y amor que a veces las madres  no ven porque andan inmersas en las necesidades inmediatas y perentorias de sus bebés o perdidas en la poca valoración que nuestra sociedad da a la maternidad.

Celebro desde mi corazón tantas relaciones auténticas que me procura mi profesión de doula, hoy antes de descansar voy a aullar con la luna llena para celebrar mi día Mundial de la Doula más especial. 

Lobo aullando luna

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Testimonio parto doula Llucia

Testimonio de Daniela, Samuel y Ana (23-12-17)

Daniela y Samuel me consultaron como doula cuando ya estaban en una fase avanzada del embarazo.  Como ella misma cuenta, se le despertaron miedos hacia el parto y la maternidad de los que no había sido consciente hasta aquel momento y comentándolo en sus clases de yoga para embarazadas, resultó que «casualmente» yo era la doula de una compañera suya que le comentó lo mucho que le estaba ayudando contar conmigo y saber que iba a estar con ellos en el parto.

Aunque no sabían muy bien cómo les podía ayudar o qué podían esperar de mi, después de dos encuentros como doula y otros dos como terapeuta (dos formas de abordajes diferentes, pero que se complementan de forma fantástica) pude observar una hermosa transformación. Daniela pasó de tener mucho miedo, a esperar con verdadera presencia y alegría el nacimiento de su hija. Ellos son una familia cristiana practicante y resulta que su semana 40 de embarazo tenía fecha del 23 de diciembre, Daniela recordó que la madre de Jesús hacía más de 2000 años había estado en una tesitura similar, pero en condiciones mucho más precarias, esa conexión le aportó una complicidad especial para pasar los últimos días de embarazo.

Y fue precioso estar cerca de ellos, ver desplegar su potencialidad como mujer y como madre, con la compañía atenta de su marido, aceptando los retos que le puso delante la vida y atravesando cada etapa con coraje. Nunca deja de sorprenderme de lo que somos capaces las mujeres y con Daniela soy testigo de una maduración personal muy especial, ya que claramente hay un antes y un después  de su nacimiento como madre.

Ha aquí la experiencia con sus propias palabras:

Mi encuentro con Llucia como doula hizo que mi experiencia del parto cambiara del cielo a la tierra, mis miedos rápidamente se transformaron y sacando lo mejor de mi misma tuve un parto del que hoy me siento muy orgullosa.

Todo comenzó hace unos meses, ha medida que se acercaba el parto comenzaron a surgir en mí todos esos miedos inconscientes que algunas veces tapamos y otras no queremos ver. Pero, tal como es la maternidad, comenzaron a salir y ya no pude controlarlos. Sentía además que eran miedos ancestrales como yo les llamé, miedos del pasado, de mis antepasados, etc. Y de la nada empecé a darme cuenta que estos miedos no estaban solo en el plano psicológico sino que podrían afectar significativamente el curso del parto. Sentí que podía pasar de tener una experiencia estresante y llena de miedos que a su vez podía traer complicaciones a una experiencia llena de amor, paz y tranquilidad.

Llucia me ayudó a conectarme conmigo misma y mi bebé, a aceptar mis miedos, conocerlos mejor y trabajar sobre lo que podía hacer para apaciguarlos. Masajes, conversaciones, relajaciones, todo fue dando paso a una sensación de paz, de orgullo y sin darme cuenta ya quería que viniera el parto y ¡con muchísima ilusión!!

Todo este proceso además lo viví con mi marido, fuimos juntos a cada sesión, a cada encuentro y fuimos formando con Llucia un lazo que no olvidaremos jamás y del cual estamos y estaremos siempre profundamente agradecidos.

El día del parto llegó y, como siempre, nada sale según nuestros planes, pero eso era algo que también habíamos hablado previamente con nuestra doula. Nos dijeron que deberíamos inducir el parto por falta de líquido amniótico y, en vez de alertarnos, hicimos todo con mucha paz y tranquilidad. Al llegar al hospital y empezar con la preinduccion ¡¡comenzó el parto!! Llucia nos acompañó en todo momento, llena de detalles, de mimos, un apoyo que nunca olvidaré. Sacando lo mejor de mí, sintiéndome valiente logré tener un parto natural, a pesar de que al inducir sabía que era más probable que terminara en cesárea, … ¡Logramos con mi hija Ana tener un parto natural, lleno de amor!!

Me siento muy orgullosa de mí misma, de mi hija, de mi marido y de Llucia! Formamos un equipo y logramos juntos que la experiencia de embarazo y parto fuese en paz, con tranquilidad y con diferencia, la mejor experiencia posible.

Daniela

familia con doula

Contactamos con Lucia como doula para el primer embarazo de mi mujer. La experiencia ha sido excepcional en todos los aspectos, Llucia es una gran profesional, tanto por sus conocimientos y su experiencia, como por su personalidad y su disponibilidad.

Nos ha acompañado a partir de la semana 36 con dos sesiones de osteopatía (ya que, además, es osteópata y masajista), dos encuentros para aclarar nuestras dudas como doula, ha estado presente  durante todo el parto y nos ha visitado una semana después para hacer seguimiento de la lactancia materna.

Ademas de todo eso, estuvo siempre disponible cada vez que teníamos dudas o preguntas, también cuando mi mujer tenía dolores o contracciones en medio de la noche.  Por mi lado, como compañero de primeriza, puedo decir que para mi ha sido importante contar con una doula, dado que no tenía experiencia y sentía que tampoco tenía herramientas para ayudar a mi mujer durante esta etapa de la vida. Es un momento en el cual hay muchas dudas, miedos, dolores y tener una profesional como Llucia, así de completa,  fue fenomenal. La recomiendo a todo el mundo. Lo repetiremos seguro si viene un segundo 🙂

Samuel

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Morir antes de nacer: testimonio de amor puro

«Ninguna madre está preparada para que le den la noticia de que su hijo/a ha muerto. NUNCA. Es igual el tiempo de vida del/a niño/a. Cuando es a partir de la semana 28 del embarazo, en el parto o dentro de los 7 primeros días de nacer, se le llama «muerte perinatal«. Hay otras maneras de llamarlo cuando este evento sucede antes de la semana 28 o después de la primera semana de vida, pero eso no tiene ninguna importancia ante el dolor de la pérdida. En la gran mayoría de los casos no se sabe cuál es la razón de que esto suceda, ni siquiera aunque hagan la autopsia, simplemente son cosas que pasan.

Como doula, estar cerca de una mujer que vive esta experiencia, siempre me toca el corazón, desde una mirada tan cercana siento que se crean lazos sutiles con esa familia. En estos casos, el acompañamiento emocional requiere aún de más delicadeza, es una invitación a afinar los sentidos, estando Presente desde el amor. Las palabras o los gestos solo caben auténticos, para poder sostener sin invadir, sentir sin perderse. Todo ello sin olvidar los aspectos prácticos, cuando una mujer ha de parir su bebé fallecido, sigue teniendo los mismos derechos y necesidades (y quizás alguna más) con respecto a su parto y va a tomar difíciles decisiones mientras está en un estado emocional muy vulnerable. 

Las madres necesitan de un gran coraje para atravesar toda la experiencia y el recuerdo de ese amor, mezclado con un dolor tan grande, es algo que siempre las acompaña, pasen los años que pasen.

Esta mamá escribe a su hijo fallecido, en sus palabras se muestra un corazón que palpita triste pero repleto de amor incondicional y expresa su agradecimiento por lo que significó para ella la atención profesional y humana de su ginecóloga y el acompañamiento emocional de su doula.

Gracias por el privilegio de estar cerca, de corazón a corazón«.

 

Querido hijo mío …

Hoy ya hace tres semanas que te sentí por última vez dentro de mí … Sé que aquellas tres pataditas, tan esperadas todo el día, fueron tu manera de decirme adiós … de decirme que había llegado la hora de irte …

Han sido unos meses más bien difíciles … El hecho de que supiéramos que serías un niño tan especial hizo que incluso te quisiéramos más y más, y que apostáramos por ti más que nunca. Verte en cada eco, como todo iba por buen camino, nos llenaba el corazón de Felicidad … Las últimas semanas estuvimos muy tristes cuando nos dijeron que tendrías que pasar por una operación justo al nacer. Nuestro corazón se encogía y sufría de pensar con nuestro pequeño Príncipe lejos de nosotros y teniendo que pasar por todo esto … Pero así es la Vida … Y cuando ya sólo pensábamos en el momento de tenerte entre nosotros, la Vida ha decidido que NO, que tiene otro camino para TI, para nosotros ….

Han sido y son unos días muy duros … Siento como mi alma se rompe, como todos los sueños e ilusiones se esfuman, … como la Vida duele.

Pero también hemos aprendido, contigo entre nuestros brazos, lo que es el Amor verdadero, el Amor incondicional … el sabor de un beso no correspondido, de una caricia que nunca más volveremos a dar … Yo me sentí MADRE con este sentimiento de Amor PURO, sabiendo que al cabo de poco, nunca más te volvería a ver …

Para mí está siendo la experiencia más dura que nunca he vivido … La Vida ha tenido una forma muy cruel de decirnos que nada nos pertenece …

Pero nunca, nunca cambiaría estas 33 semanas que estuviste dentro de mí … Sin duda las mejores de mi Vida … Aparte de que quiero dar las gracias porque en este camino nos hemos cruzado con gente maravillosa … en Son Espases … con la ginecóloga Rosa Ruiz de Gopegui al frente. Nunca habíamos conocido una profesional del mundo sanitario con tantos sentimientos, tan empática, tan humana … Gracias a ella todo fue un poco menos duro …

De la Seguridad Social, ¿qué decir?

Ingresamos un jueves por la mañana y empezaron a inducirme el parto … y hasta el domingo al mediodía no te conocí, el Gran Amor de mi Vida … Fueron tres días muy duros … de mucho daño físico, debido a todas las maneras que probaron para ayudarme a dilatar, aunque el dolor real era el del Corazón, roto en mil pedazos …

Estuve todo el jueves y hasta el viernes en la tarde en ayunas … sin saber por qué … Sabiendo a lo que me tenía que enfrentar, sentía que tenía que estar más fuerte que nunca …. Esto es una de las cosas que no entendí … igual que la falta de información durante el sábado, cuando nadie nos decía nada y todo seguía igual … .Y a la hora de haber parido, echamos de menos apoyo psicológico de alguien del hospital …., ya que todo junto se hacía muy difícil de llevar ….

Pero tuve la gran suerte, el gran regalo, de haber conocido muy poco tiempo antes a una DOULA, a Llucia …. Un ÁNGEL … su abrazo el mismo jueves …. sus dulces palabras, sus explicaciones de lo que iba aconteciendo, sus mensajes en todo momento, su TODO …. hizo que pudiera decirte adiós poco a poco y en PAZ, que me sintiera tranquila y fuerte en cada momento … Estoy muy agradecida porque haya estado en estos momentos a nuestro lado … de CORAZÓN … sin pedir nada a cambio …

¡Ojalá que podamos compartir momentos más dulces juntas!

También estoy agradecida por todo el apoyo que hemos tenido de tanta gente: familia, amigos, compañeros, … no nos hemos sentido solos en ningún momento … y eso no tiene precio ….

Nuestro Amor hacia TI, querido hijo, es infinito y eterno …

Estés donde estés y pase el tiempo que pase … siempre estarás en nuestro corazón ….

Te pedimos que cuides de todos nosotros, que nos des la Fuerza necesaria para que tu recuerdo no nos haga daño …. y espéranos para que podamos darte todo el Amor que en esta Vida no se nos ha permitido …. y que sepas que TU, eres lo mejor que nunca nos ha pasado …

Te queremos hoy y SIEMPRE.

G & N

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Comadrona, pareja, doula…¡GRACIAS! (15-05-16)

Quiero expresar mi agradecimiento a las personas que lo han hecho posible…mi primer parto fue a los 35 años, en la sala de un hospital, blanco y frío, acompañada por mis miedos, el padre de mi bebe,…una comadrona a la que nunca había visto en mi vida, una enfermera fría y dura como un tomate verde, arrancado antes de madurar,… y el deseo que todo fuera bien, de la mejor manera posible.

Fue un parto “relativamente fácil”, ya que parece ser soy «buena parturienta»…hija de la última hija de mi querida abuela que parió 14 hijos …en el campo con una buena mujer que se dedicaba a asistir los partos en casa en aquellas épocas…

Pero no fue «tan fácil» para mí, con ese «cable» colocado en vena “por las dudas«, “por si hace falta algo”. No quise epidural, estuve haciendo el trabajo de parto en una “cama», aunque aún no entiendo la razón. Motivo que retrasó el parto natural, ya que no me permitían ponerme en  posturas que me resultaran más cómoda … o si lo «permitían» con ese cable colgando de mi brazo, no sabía cómo hacerlo. Casi voy a cesárea. Al final parí en otra sala helada, sentada en una silla de «lata» para comodidad del personal sanitario….salió todo bien, pero, ¿podría haber sido diferente?.

Sí…Siete años y medio más tarde estaba pariendo tranquila y relajada, en mi punto de encaje, siendo yo misma. Acompañada por mi pareja, mi doula y una comadrona que nos  permitió estar juntos dentro de paritorio … que paz y que tranquilidad,… cuando ví que era posible, medio parto estaba hecho, entonces pude contar con mi pareja que hacía años estaba conmigo y nos conocemos bien y mi doula que me estaba acompañando desde mis primeros meses de embarazo, en el deseo de sentirme acompañada por una mujer y haciéndolo realidad.

Esta vez todo era diferente, no me colocaron «ese cable en el brazo, por las dudas”, la sala de dilatación era agradable, en colores pasteles, podía moverme con libertad, utilizar una pelota de goma gigante para sentarme en ella en cada contracción, relajar mi suelo pélvico, sentir la mirada de mi pareja y el cuerpo de mi doula a mi lado…sosteniéndome sin interferir en el proceso… luego pasamos a una habitación aún más cálida e íntima, pudiéndome mover y adoptar la postura que mi parir me pedía, tanto la comadrona como la doula y mi pareja estaban por nosotras…disponibles…en todo momento dándonos a mi  y a mi hija el papel protagonista del suceder sin perder ellas el suyo, lo hicieron impecablemente el “saber estar” siendo ellas mismas, desde su corazón y su sapiencia…así en ese ambiente humano, cálido y adecuado parí a mi querida segunda  hija….la parimos entre todas…el parto pudo ser diferente…a nuestro favor…a nuestra manera …natural, humana…en un hospital público, con los mejores medios humanos y los tecnológicos que, gracias a Dios, no fueron necesarios.

Gracias a mi doula Llucia Mir por su acompañamiento y a la comadrona Jessica por haberlo permitido, gracias a mi pareja porque juntos dimos el pie inicial a toda esta aventura, y gracias a Dios por la maravilla de esta experiencia humana.

¡GRACIAS!

Karina y Celeste

 

«Karina me pidió que fuera su doula desde el inicio de su segundo embarazo, tenía claro que quería sentirse acompañada por una mujer durante todo el proceso. Ella es muy dulce y sabe lo que quiere, pero le encanta confirmar sus intuiciones  con las personas que le inspiran confianza.

Tuvo un parto muy consciente, con una progresión lenta al principio y que luego avanzó de forma muy rápida desde los 5 cm a los 10 cm. En ese espacio de tiempo, mientras habitaba su Planeta Parto, su cuerpo “bailaba” mientras sus brazos rodeaban mi cuello,…y una gran fuerza se apoderó del proceso, permitiendo una fluidez que le acompañó hasta el final, en un expulsivo también corto y potente.

Estar cerca de su familia desde el  principio del embarazo, en el parto y durante el proceso de crianza ha creado una relación muy especial entre nosotras, de tal manera que incluso tuve el honor de ser invitada a su preciosa boda, reservada a sus amigos más íntimos.

Hemos vivido muchas anécdotas juntas, en nuestro contacto continuo es de las personas que me han preguntado las cosas más increibles, porque ella sabe que no importa lo absurdo o pequeño que les pueda parecer a los demás lo que ella siente, porque yo entiendo que todo es importante, porque lo importante es lo que siente cada madre y que lo pueda compartir.

Y así, lo sencillo se convierte en arma de creación masiva».

 

Familia de Karina con su doula

 

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Parto Karina

Testimonio de Karina y Celeste (13-05-19)

Una doula es la mujer sabia de la tribu que te escucha y sobretodo te contiene y sostiene…..nunca mejor dicho….en uno de los momentos más importantes de la vida de un ser humano, parir y nacer…todas las mujeres vivirían el parto de una manera mucho más humana si cuentan con una doula, una buena matrona y una pareja presente… lo propongo como un derecho humano básico a partir de ahora para toda parturienta, para toda pareja, para todo bebé.

matronas sed humildes y sabias y dejaros ayudar.
Karina y Celeste

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Testimonio de Rosa y Nuria (16-04-18)

Me quedé embarazada por segunda vez y una amiga me pidió ¿tendrás doula? ¿parto en casa? Yo pensé ¿para qué?.

Pero en el 7º mes de embarazo empecé a tener un poco de depresión, inseguridad repentina para todo … Me informé sobre las doulas, conocí algunas y decidí tener una. Quería estar el máximo de tiempo en casa cuando me pusiera de parto para poder partir hacia el hospital sin interrupciones (como me pasó en el anterior parto).

Quería que la doula me ayudara a sentirme protegida y segura a la hora de pedir lo que quería al equipo hospitalario, que pudiera responderme a las dudas del último momento si me sentía perdida …

Para mí tener una doula, confiar en la experiencia y en la persona de Llucia Mir ha significado confiar en mí misma, estar tranquila los últimos días de embarazo, de que alguien con experiencia estuviera a mi lado, pendiente de mí y de mi parto.

Cuando me puse de parto vino enseguida, ayudaba a mi pareja con todo lo que yo iba pidiendo y necesitando, junto con la matrona del hospital; allí dentro no faltaba ni sobraba nadie. Entre todos me daban soporte físico y emocional.

Un equipo 10 formaron todos juntos, en esta experiencia tan importante en la vida, este momento en que se ha de dar todo lo mejor para la mujer que está de parto. Para que sea unos de los mejores momentos de su vida, que no olvidará.

Gracias al equipo del hospital por dejar entrar la doula y la pareja al mismo tiempo. Gracias a mi doula Llucia, la matrona Bárbara y mi pareja por este parto tan bonito, quería que mi segundo y último parto de mi vida fuera diferente, mejor y lo más natural posible para saber qué es parir por mi misma.

¡Gracias Universo!

Rosa Llull

 

«Cuando Rosa se puso en contacto conmigo estaba pasando un momento personal de incertidumbre, recordaba cosas que sucedieron en su parto anterior con las que se había sentido incómoda, tenía dudas sobre sus capacidades e incluso sobre donde parir.

Ya al final del primer encuentro hubo un cambio evidente, compartir sus pensamientos con alguien que los comprendía supuso un alivio, y seguir reflexionando sobre los sentimientos asociados le ayudó a desenmarañar lo que quería y cómo lo quería. Desde ahí su energía se centró y pudo descansar en la confianza en sí misma que, momentáneamente, había perdido. Elaborar el Plan de Parto y entenderlo, le acabó de aclarar y sentir que tomaba las riendas.

Rosa se puso de parto en la semana 41+ 4, los últimos diez días estuvimos en contacto diario a través del teléfono, me contaba cómo se sentía, qué sensaciones físicas tenía, qué le había dicho la ginecóloga,… en esa fase de dulce espera, en la que se va acercando el momento  y cuando ya se sienten unas ganas cada vez más fuertes de parir y conocer a tu hija.

Por fin rompió aguas, estando en el hospital y justo antes de la revisión por la ginecóloga, pero al ser aguas teñidas, la recomendación que le hicieron fue quedarse en paritorio e inducir el parto. No era el inicio que ella había deseado ni el que se había imaginado y, aún así, cuando fuí al hospital justo al iniciar la inducción, ella estaba serena y preparada.

Solo bastó el primer impulso de la oxitocina, se ve que todo  estaba a punto, entró en una dinámica de parto en la que su cuerpo respondió dilatando de forma muy rápida, todo el proceso activo duró apenas unas dos horas. Estuvimos juntos en paritorio en un parto natural, rápido y respetado. Una experiencia preciosa, con una complicidad muy bonita con las comadronas«.

 

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