Qué es el Tantra para mi

He llegado de pleno al Tantra con 56 años y, aunque siempre mantuve cierto contacto a través de mi curiosidad, algunos talleres y lecturas, realmente mi inmersión fue a raíz de hacer la «Formación de Masaje Tántrico y Cura Sexual» de Verma Rodríguez, una formación completa, profunda y muy reveladora para mi.

Tengo una actitud ecléctica desde que era niña, me gusta descubrir cosas nuevas y encontrar relaciones entre todas las cosas. No me «caso» con nada y me gusta aprender de todas las experiencias y personas que se cruzan en mi camino. Escucho  lo que me «resuena» y dejo que mis intuiciones me guíen. El cuerpo me «habla», aunque aún estoy aprendiendo a escucharlo cuando susurra. Me equivoco muchas veces y eso lo empleo para redirigir mi energía a través de la experiencia sentida y vivida… Prueba, ensayo y error. La actitud científica aplicada a lo intangible: el sentido de la vida.

En realidad, cuando reflexiono sobre qué es el Tantra para mi, veo que yo estaba aprendiendo a ser Tantrika sin saberlo. Todo mi camino de crecimiento personal para entenderme y entender el mundo, transmutar el sufrimiento, ser yo misma y desindentificarme del personaje, decir que SÍ cuando quiero decir sí y decir NO cuando quiero decir no, conectar con la alegría de estar viva sin que dependa de que me guste lo que pasa o lo que siento…

Recuerdo que cuando era niña pensaba: no le tengo miedo a la muerte, porque se que cuando llegue ese momento lo comprenderé todo, pero me gusta tanto la vida que quiero que la muerte me coja el máximo de tarde y haciendo algo que estoy disfrutando. Pura declaración de intenciones a muy tierna edad… quizás unos 8-10 años.

El Tantra para mi es ser yo misma, es gozo, libertad, compartir, recordar que somos Luz y vamos hacia la Luz, ser manifestación del AMOR, sentir la conexión con la «fuente» y entre todas las cosas, y entre todos los «planos»; RESPIRAR y respirar y volver a respirar, sentirme viva, expandir mi conciencia, casarme conmigo misma a través del matrimonio interior de Shiva y Shakti, mi conciencia y mi energía; Ser coherente entre lo que pienso, lo que siento, lo que digo y lo que hago; Sanarme poniendo luz, acompañar a otras personas mientras hacen su propio camino, respetar todas las formas, aceptar  lo que la vida trae; Confiar en la sabiduría de esa inteligencia que hace rodar el Universo en constante respiración mientras en su centro late la QUIETUD.

Así que los purismos no van conmigo, aunque los respeto y, además, se que a otras personas les sirven. Yo siento que en esencia la vibración y mensaje de Jesús y Buda, es totalmente afín; Que para conocerte mejor te pueden servir la terapia Gestalt, las Constelaciones familiares o los masajes tántricos. Cada persona encuentra su camino concreto de autodescubrimiento, lleno de curvas, cambios de rasantes y todo tipo de emociones.

Solo se, por propia experiencia, que a través de mi cuerpo y activando la energía con la presencia, la respiración, el sonido y el movimiento, las sencillas llaves tántricas, estoy viviendo expansiones de conciencia de gran creatividad y múltiples manifestaciones. Se que mi vida cotidiana se va llenando de sincronicidades, casualidades, causalidades, protecciones, facilidades, conexiones y momentos mágicos. Que cada vez es más común que otras personas que están a mi alrededor experimenten despertares, transformaciones y toda clase de «alquimias» en sus vidas.

Así que mi visión abierta, que incluye como material de aprendizaje todo lo que acontece y se cruza conmigo, tiene sentido por si misma. No es cuestión de creencias, es cuestión de vivencias. Es cuestión de energías.

Y claro, cuando algo funciona, me gusta compartirlo. Si te «resuena», te animo a iniciarte en la vía del Tantra y a recibir masajes tántricos, para sentir dentro de ti, qué significa para ti, aquí y ahora.