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Nuestra lactancia natural

La llamo «nuestra lactancia natural» porque ni recuerdo haberme planteado algo diferente a dar el pecho cuando naciera mi hija. Tampoco sabía todo lo que se ahora sobre los poderes mágicos de la leche materna, ni sobre el vínculo materno-filial. Y quizás por eso mismo para mí fue una cuestión de piel, de instinto y de naturalidad. Fue así de parte de las dos, desde el primer instante en que, por fin, nos conocimos.

lactancia natural

Tuve suerte porque solo hubo un momento de dificultad en los días siguientes a la subida de la leche, que se solventó llamando a la asesora de lactancia de guardia  en el teléfono de ABAM (Asociación Balear d’allatament Maternal), pude comprobar en mi experiencia que, a veces, basta una escucha activa con un par de sugerencias, para reconducir esos momentos de incertidumbre. Con los años he podido conocer que no siempre es tan fácil ni tan rápido, por eso digo que, en parte, tuve «suerte».

Recuerdo mucho la comodidad de dar de mamar y no tener que «pensar», ni «medir», ni «esterilizar», pero sobretodo recuerdo el placer, es como si las hormonas de la leche nos «drogaran» a las dos, no me cansaba de mirarla, sentía que mi regazo era el mejor lugar del mundo para acoger su tibio cuerpo y, a ojos vista, la leche que manaba de mis pechos era el mejor alimento. Me encantaba cuando se quedaba saciada, justo en ese momento en que el estómago lleno le inducía un dulce sueño…. ¡cuántas veces le venía una sonrisa a los labios mientras estaba dormida!

Pero la alegría de mamar se manifestaba en muchos momentos, era ver mis pechos y estar contenta, era tener un disgusto de cualquier clase e intensidad y calmarse tomando teta. A través de los años ha continuado esa relación de naturalidad con ellos,  en la intimidad seguimos teniendo nuestros momentos en que la acojo en mi regazo y se apoya en ellos para descansar, para consolarse, para manifestar de forma física ese vínculo que nos une. Mi hija es quién me ha hecho sentir de forma más rotunda que mis pechos son bellos, no importa la medida ni la forma, importa lo que significan para nosotras y para lo que fueron creados: la alimentación y el placer físico y emocional.

Fue natural darle de mamar en cualquier horario y cantidad, así como en cualquier lugar y circunstancia, nunca me puse un paño por encima, ni me fui a un lavabo para esconderme, realmente no me planteaba que pudiera ser de otra manera y creo que si alguien me hubiera dicho algo al respecto (que nunca pasó), le habría mirado como si él o ella fuera un extraterrestre que se ha perdido por el Planeta Tierra.

También de forma espontánea mi hija tuvo su «hermana de leche». En esa época con una amiga del alma a menudo hacíamos cosas juntas con nuestras hijas de la misma edad, en algunos momentos en que una o la otra teníamos las dos niñas y pasaba algún percance, desde la confianza creada ayudamos a calmar a la otra niña dándole la teta, manifestando otra manera de lactancia natural. Con los años ellas son, además, «amigas del alma», como una evolución natural de las vivencias y los vínculos.

amigas del alma

Mi idea inicial era esperar a que mi hija se destetara sola, pero cuando tenía unos dos años y medio no veía que fuera a llegar nunca ese momento y tuve la necesidad de acabar con esa etapa para entrar en otra. Junto a mi amiga tuvimos la ocurrencia de hacerles de forma conjunta la «Fiesta del destete», con la preparación previa de avisarles, destacar que se habían hecho mayores, disminuir las tomas y crear una expectativa de gran ocasión. Fue una fiesta muy divertida, con todos los ingredientes que más les gustaban a ellas: juegos con agua y con harina, vestidos de princesas, regalo de una muñeca a cada una, comida y bebida rica, globos, etc. Y realmente funcionó, porque aunque en algún momento en los días posteriores nos pidieron «teta», fue fácil convencerlas que la etapa de mamar había pasado. Aún hoy me parece increíble y siento cierta añoranza de todas las sensaciones que me producía dar de mamar.

De hecho, no todo fue idílico a lo largo de nuestra lactancia natural hubo también otra clase de momentos: noches inacabables por un aumento de la demanda, días de cansancio sintiéndome vacía de energía, hartura de comer a la mesa con un bebé entre los brazos que demandaba su propia comida,  deseo de poder repartir más los papeles por ser siempre yo la fuente principal de alimento y consuelo,… Pero las hormonas, el instinto y el amor siempre estuvieron disponibles para salvaguardar el vínculo.

Y siendo muy importante el vínculo que nos ha ayudado a crear nuestra lactancia natural, es aún más importante la SALUD, así, en mayúsculas. Mi hija tiene 13 años y no ha necesitado tomar nunca antibióticos, solo en muy contadas ocasiones hemos utilizado una dosis única y mínima de «apiretal». Se que, en parte, es porque hemos usado la naturopatía (algo de lo que hablaré en otro artículo), pero sobretodo es porque la lactancia materna ha sido la mejor inversión en salud para el resto de su vida, siendo consciente que también son importantes otros buenos hábitos mantenidos a lo largo del tiempo, como una alimentación complementaria sana y el ejercicio físico.

Me quedo pues con algunas de las cosas más importantes que nos ha dado a mi hija y a mi nuestra lactancia natural: el vínculo, el placer, la alegría, la salud y la confianza.

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La revisión osteopática y el movimiento en el parto (17-05-04)

Este fantástico vídeo de Nuria Vives muestra los movimientos articulares de una pelvis cuando la mujer que está de parto mueve sus caderas, sus piernas y su cintura de forma instintiva. Queda reflejado de forma muy visual la importancia del movimiento en el parto, para facilitar y favorecer el paso del bebé por los distintos planos de la pelvis.

El primer problema que nos podemos encontrar es que, más a menudo de lo que imaginamos, puede haber bloqueos en una articulación de la cadera, o en una combinación de varias de ellas: en la articulación sacro-ilíaca (pala ilíaca derecha anterior o posterior, lo mismo con la izquierda), en el propio sacro (el más común sacro derecho anterior),  en el coxis (anteriorizado o posteriorizado principalmente) y en la sínfisis púbica (puede ser rigidez o bloqueo que sigue al de las palas ilíacas).

Durante el embarazo el cuerpo dispone de mucha «elastina», una proteína que confiere elasticidad a los tejidos como la piel y los ligamentos, precisamente para facilitar la adaptación a los cambios que se producen en el cuerpo, aún así pueden haber diferentes motivos para que se produzcan algunos de estos bloqueos:

  • El propio embarazo somete al cuerpo a cambios muy profundos de las curvaturas vertebrales y del centro de gravedad y, en su adaptación a los cambios, puede suceder que la pelvis se «fije» en algún punto.
  • El estar demasiado tiempo sentadas (en trabajos administrativos) o demasiado tiempo de pie (en trabajos de dependienta), en definitiva con poco movimiento o poco variado, con las cargas puestas demasiado a menudo en los mismo lugares.
  • El exceso de actividad que crea una sobrecarga en algunos músculos que se contraen y se «llevan» la articulación (es típica la hiperactividad, sin descanso suficiente, de hacer «nido»: pintar, limpiar, ir de compras, ordenar todos los espacios de la casa,…)
  • Consecuencias de partos anteriores que no han sido resueltas por el propio cuerpo (el coxis se somete a una tensión inusual que le hace «espasmarse» y queda bloqueado).
  • Caídas de infancia o lesiones deportivas que dejaron secuelas (aquí también el coxis puede ser protagonista de molestias leves a importantes).
  • Tensión emocional del propio vaivén del embarazo que afectan al sacro, un hueso que reacciona mucho a las emociones.

Imaginemos la importancia que pueden llegar a tener cualquiera de estos bloqueos para el buen funcionamiento del dúo cadera-bebé en el momento del parto, donde cada milímetro cuenta, donde cada adaptación es primordial. No basta con mover el cuerpo, se tienen que poder mover libremente cada una de las partes por donde tiene que atravesar el bebé. El cuerpo está diseñado para ello, es capaz de hacerlo perfectamente con caderas estrechas, combinadas con niños grandes, lo se porque he acompañado como doula partos naturales con estas características, también porque en la humanidad sigue habiendo mucha variabilidad de medidas y la especie ha sobrevivido a ello. Pero cada ayuda que facilita el perfecto funcionamiento de los engranajes, es inestimable.

No siempre que hay bloqueo se produce dolor, por eso solo la revisión osteopática es la que me va a dar la información exacta de lo que realmente está pasando en una pelvis, aún así es bastante común que haya algunas señales dolorosas que pueden ser desde suaves y esporádicas, a continuas e intensas: «pinchazos» leves en la zona alta y lateral del sacro con algún movimiento concreto, dolor difuso por la zona lumbar baja, dolor agudo e intenso dentro de la nalga (típica sensación de ciática), etc. Y que no te engañen, no es «normal» tener dolor en la espalda o en la cadera durante el embarazo y, aunque no todas las molestias se pueden evitar, hay muchas maneras de aliviar, soltar y mejorar el bienestar del cuerpo, incluso en las fases finales del embarazo.

Por todo ello recomiendo a las mujeres que se hagan una sesión de osteopatía en cualquier momento del embarazo en que tengan dolor de espalda o pelvis y sino, como mínimo, que se hagan una revisión osteopática antes del parto, sobre la semana 37 de embarazo, donde podemos comprobar la movilidad de todas estas estructuras, para desbloquear si es necesario, con técnicas suaves y totalmente aptas para el embarazo. En la misma sesión aprovecho para relajar músculos de la espalda, piernas y cuello, además de equilibrar el sistema craneo-sacral.

También es importante, sobre 1,5 a 2 meses después del parto, hacer una revisión osteopática posparto para comprobar que las estructuras han vuelto a su sitio y no quedan secuelas que puedan dar molestias a medio-largo plazo.

Estas son algunas de las cosas que ayudan a tener un buen embarazo, un buen parto y un buen posparto.

 

Cuidar tu cuerpo, te ayuda a parir mejor

osteopatía en embarazada

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Perfil profesional Llucia Osteópata Mallorca (17-04-27)

Soy osteópata, masajista y terapeuta Psico-corporal desde el año 1992, actualmente tengo consulta privada en Binisalem, Mallorca. Empecé a formarme inmersa en mi búsqueda personal del bienestar y el equilibrio, se me abrió un mundo nuevo que se convirtió en mi forma de vivir y, más tarde, en mi profesión. Desde entonces me he seguido formando para adquirir nuevas herramientas, mi profesión de osteópata se complementa de forma armoniosa con mi profesión de doula y comparten algunos ingredientes que me hacen disfrutar mucho de mi trabajo: la cercanía física y emocional con las personas, la empatía para ponerme en el lugar del «otro», el acompañamiento respetuoso de los procesos de cambio, la escucha activa para captar cuáles son las mejores herramientas a cada circunstancia y las palabras más apropiadas… Todo ello me ayuda a desarrollar la «Presencia» desde el Ser. Sin ninguna duda tengo el privilegio de trabajar en aquello que me apasiona y me hace feliz.
 
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Perfil profesional Llucia Doula Mallorca (17-04-12)

Me presento en este vídeo para dar a conocer quién soy y a que me dedico: mis profesiones de doula y osteópata en Mallorca. Trabajando siempre en red entre familias y con otros profesionales de la salud.

 

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