parto con doula

Testimonio de Coloma y Jan (27-01-23)

Coloma ha enfrentado su segunda maternidad como madre soltera, con una entereza poco común. Hemos avanzado juntas en ese acercarse con el máximo de consciencia a abrazar a su hijo y a todos los aprendizajes que lleva con él.

Una vez llegado el momento del parto todo iba potente, rápido y fluido… pero la vida tiene sus propias sorpresas. En este caso, la razón por la que se alargó mucho el expulsivo, ganando cada milímetro muy lentamente, fue porque Jan llevaba la cabeza un poco ladeada (lo que se llama asinclitismo), por lo que hubo que aplicar diferentes ayudas mecánicas para favorecer el descenso del bebé y, sobre todo, una gran fuerza interna, de esa que nace del amor, entre madre e hijo, para llegar a buen puerto.

Cuando por fin nació Jan, estábamos todas en el planeta parto, impregnadas de oxitocina y felices de verle, por fin, la cara. Menuda aventura, nada más llegar a esta tierra…. ¡bienvenido Jan! Aquí va el testimonio de su madre, una mujer de bandera.

Relato nacimiento de  Jan

A dos días de llegar a la semana 42, nació mi segundo hijo, Jan. Teniendo en cuenta que mi primera hija había nacido a las 38, en un parto precipitado, natural, sin epidural, es de imaginar las expectativas que tenía con este segundo.

Desde las dos rayitas de la prueba, todo ha sido completamente diferente. Este embarazo, deseado, aunque sin planificar, llegaba cargado de miedos, preocupaciones, bloqueos, decisiones… Y no sería el momento de recibir a Jan al otro lado de la piel que fuera fácil y rápido. Este, necesitaba calma y conciencia desde su inicio.

Por suerte, a mediados de embarazo, la vida me cruzó con la Llucia, la que sería mi ángel en esta transformación.

Día 26 me desperté perdiendo el tapón mucoso. Después de la visita a monitores, y picar unas tostadas con aguacate, empecé a sentir las oleadas uterinas algo más potentes que de costumbre. Sabía que estaba arrancando y que pronto abrazaría a mi pequeño. Aun así, ¡intenté doblar la ropa que tenía pendiente! Sin éxito, claro.

A las 15h llamé a Llucia, para que viniera a casa, puesto que eran intensas y bastante seguidas.
Al llegar, estuvimos un poco en casa, pelota, saco de semillas calentitas… pero las oleadas cogían cada vez más fuerza, así que acabamos de preparar la bolsa del hospital y partimos.

Llegadas a paritorio, ¡la sala con la bañera estaba disponible!

Pronto empecé a sentir las ganas de empujar… pero Jan no bajaba. Pasaba el tiempo… ¡horas! Y Jan seguía sin nacer. En ningún momento bajaron sus pulsaciones, aunque yo empezaba a sentir que teníamos que hacer alguna cosa diferente para avanzar. Pedí si me ponía la epidural le ayudaríamos… la respuesta fue no, así que seguí cantando cada oleada. Necesitaba desbloquear la garganta, que tan ligada está al canal de parte, había tantas cosas silenciadas en este embarazo…

Con Llucia decidimos salir de la bañera y que la comadrona hiciera un tacto. Así vieron que había un reborde en el cuello del útero, y que Jan no estaba bien colocado.

Una vez quitado el reborde, Llucia me ayudó a hacer unos ejercicios y después a volver a entrar dentro de la bañera. Aquí fue el momento que el trabajo que estábamos haciendo Jan y yo avanzó enseguida.
En todo el proceso, Llucia y las comadronas me acompañaron con todo el amor y respeto que podía desear. En este proceso, donde me sentía tan vulnerable, sentí que Jan y yo no podíamos estar mejor acompañados. Mujeres sosteniendo a otra mujer que renacerá, con toda la confianza que ella lo puede hacer.

Los cantos menguaron cuando Jan ya se dejaba ver.

Cuando salió la cabeza, esperando la última contracción, tuve un despertar. Era cierto que lo había gestado y que bien pronto lo tendría en mi pecho.

Salió, lo cogí, y despacio nos abrazamos.

Aquí empezaba la aventura de mi bimaternitat, tan deseada como temida. Cierto que no podíamos haber estado mejor acompañados.

Este primero mes no ha sido fácil. Pero recuerdo que Jan y yo hacemos un buen equipo y que no estamos solos. Esto me da aliento.

Gracias a la vida por cruzarme con profesionales tan respetuosos. Y a Llucia, por cuidarnos con tanto amor durante esta etapa.

Jan y Coloma

parto en bañera

Testimonio original:

Relat naixement d’en Jan

A dos dies d’arribar a la setmana 42, va néixer el meu segon fill, en Jan. Tenint en compte que la meva primera filla havia nascut a les 38, en un part precipitat, natural, sense epidural, es d’imaginar les expectatives que tenia amb aquest segon.

Des de les dues ratxetes de la prova, tot ha estat completament diferent. Aquest embaràs, desitjat, encara que sense planificar, arribava carregat de pors, preocupacions, bloquejos, decisions… I no seria el moment de rebre a en Jan a l’altra banda de la pell que fos fàcil i ràpid. Aquest, necessitava calma i consciència des del seu inici.

Per sort, a mitjan embaràs, la vida em va creuar amb na Llucia, la que seria el meu àngel en aquesta transformació.

Dia 26 em vaig despertar perdent el tap mucós. Després de la visita a monitors, i picar unes torrades amb alvocat, vaig començar a sentir les onades uterines una mica més potents que de costum. Sabia que estava arrancant i que prest abraçaria al meu petit. Així i tot, vaig intentar plegar la roba que tenia pendent! Sense èxit, clar.

A les 15h vaig cridar a na Llucia, perquè vingués a casa, ja que eren intenses i bastant seguides.
En arribar, vàrem estar una mica a casa, pilota, sac de llavors calentet… però les onades prenien de cada vegada més força, així que vàrem acabar de preparar la bossa de l’hospital i vàrem partir.

Arribades a paritori, la sala amb la banyera estava disponible!

Aviat vaig començar a sentir les ganes d’empènyer… però en Jan no baixava. Passava el temps… hores! I en Jan seguia sense néixer. En cap moment varen baixar les seves pulsacions, encara que jo començava a sentir que havíem de fer qualque cosa diferent per avançar. Vaig demanar si em posava l’epidural l’ajudaríem… la resposta va ser no, així que vaig seguir cantant cada onada. Necessitava desbloquejar la gargamella, que tant lligat està al canal de part, hi havia tantes coses silenciades en aquest embaràs…

Amb na Llucia vàrem decidir sortir de la banyera i que la comare fes un tacte. Així varen veure que hi havia un plec al coll de l’úter, i que en Jan no estava ben col·locat.

Una vegada llevat el plec, na Llucia em va ajudar a fer uns exercicis i després a tornar a entrar dins la banyera. Aquí va ser el moment que la feina que estàvem fent en Jan i jo va avançar de seguida.
En tot el procés, na Llucia i les comares em varen acompanyar amb tot l’amor i respecte que podia desitjar. En aquest procés, on em sentia tan vulnerable, vaig sentir que en Jan i jo no podíem estar millor acompanyats. Dones sostenint a una altra dona que renaixerà, amb tota la confiança que ella ho pot fer.

Els cants varen minvar quan en Jan ja es deixava veure.

Quan va sortir el cap, esperant la darrera contracció, vaig tenir un despertar. Era cert que l’havia gestat i que ben aviat el tindria al meu pit.

Va sortir, el vaig agafar, i a poc a poc ens vàrem abraçar.

Aquí començava l’aventura de la meva bimaternitat, tant desitjada com temuda. Cert que no podíem haver estat més ben acompanyats.

Aquest primer mes no ha estat fàcil. Però record que en Jan i jo fem un bon equip i que no estem sols. Això em dona alè.

Gràcies a la vida per creuar-me amb professionals tan respectuosos. I a na Llucia, per cuidar-nos amb tant d’amor durant aquesta etapa.

Jan i Coloma

Testimonio parto con doula

Testimonio Mª Francisca, Bernat y Antonina (18-02-23)

Hay fuerza y determinación en Mª Francisca, además de amor a raudales, en este caso tuvo que hacer acopio de todo ello para pasar el umbral. Nunca sabemos por donde puede venir una prueba de esas que ponen al límite la resistencia,… a pesar de tener una dilatación muy potente pero fluida, el expulsivo fue de ir ganando cada milímetro de descenso de su hija por la cadera, con esfuerzo de leona. Cuando por fin nació Antonina, pudimos ver la razón por la que le costó tanto bajar … venía con una mano en su cara. Fue un final de película, con un cansancio infinito y una felicidad a la altura de la intensidad de la experiencia. Oxitocina a chorro para todos.

Gracias por la experiencia y por la confianza.

Aquí van sus palabras.

Después de un primer parto que para mí supuso como perder algo de mi misma, esta vez, de cara al parto de nuestra hija, quisimos apostar por un acompañamiento. Algo que nos permitiese un proceso más consciente y donde las inquietudes y dudas pudieran ser resueltas o, al menos, afrontadas.

Esta vez, con Llucia, el camino ha sido diferente. Muy intenso, eso sí, pero más amable y empoderador.

Nuestra hija Antonina ha nacido con la fuerza que tiene un cuerpo cuando hace un niño, que sale de muchos lugares recónditos que no sabemos que están allí. Ahora sí que ha sido una experiencia sanadora y que me ha devuelto la confianza en mi misma, en mi mujer salvaje, la que da vida.

Testimonio original:

Després d’un primer part que per a mi va suposar com a perdre qualque cosa de jo mateixa, aquesta vegada, de cara al part de la nostra filla, vàrem voler apostar per un acompanyament. Quelcom que ens permetés un procés més conscient i on les inquietuds i dubtes poguessin ser resolts o, si més no, afrontats.

Aquesta vegada, amb na Llucia, el camí ha estat diferent. Molt intens, això sí, pero més amable i empoderador.

La nostra filla Antonina ha nascut amb la força que té un cos quan fa un infant, que surt de molts de llocs recòndits que no sabem que hi són. Ara sí que ha estat una experiència sanadora i que m’ha tornat la confiança amb jo mateixa, amb la meva dona salvatge, la que dona vida.