El placer de acompañar-Llucia Doula (17-01-03)

Y empiezo la aventura de escribir públicamente desde ese impulso de expresar aquello que me conmueve, para canalizar y compartir desde el corazón, diferentes manifestaciones maravillosas del alma humana.

Cuando como doula acompaño a una pareja en su proceso de nacer como familia, voy sintiendo a cada paso un vínculo más profundo, porque juntos atravesamos hitos importantes de su biografía personal. Llegado el momento en el que el bebé decide nacer, nos introducimos juntos en el “tiempo del parto”, donde los relojes dejan de existir y la pulsión de vida toma las riendas, donde solo queda estar PRESENTE y ser testigo de esa transformación que convierte a una mujer en MADRE, de aquí para siempre.

Empecé el año acompañando un parto potente, salvaje, con sonidos de leona, sostenido por un marido cómplice y entregado, con poca intervención de los profesionales sanitarios que fueron muy respetuosos en todo momento, nos permitieron estar a los tres juntos en paritorio: madre-padre-doula, en una burbuja de oxitocina natural que facilitó que esa hermosa mujer consiguiera su parto deseado.

Y, a pesar del cansancio de las horas pasadas, cuando vuelvo al mundo normal donde existen los relojes, soy muy consciente del enorme placer de acompañar ese momento, ver con mis ojos y sentir con mi cuerpo la fuerza de la mujer/madre y la emoción del hombre/padre, siendo testigo de como se enamoran de su hija y se ligan a ella para siempre con hilos invisibles.

La realidad supera la ficción y no hay suficientes palabras para describir esas sensaciones, solo queda mi agradecimiento a esta preciosa pareja por el privilegio de haber estado cerca suyo en momentos tan importantes, y a la profesión de doula que me permite tener estas vivencias.

¡Feliz año nuevo, felices nacimientos y felices acompañamientos!

Y ahí queda una imagen, que vale más que mil palabras, sobre el nacimiento como familia de Cris, Carlos y Cristina.

 

Llucia Mir