El amor cura las heridas en el masaje tántrico

Entre las múltiples experiencias interiores que podemos tener durante un masaje tántrico, está la de recordar antiguas experiencias dolorosas que han dejado una impronta en nuestro cuerpo físico y en nuestro cuerpo emocional. En el estado de pura conexión con quién somos en realidad se puede dar la alquimia de, en vez de sufrir por ello, sanarlo a través del amor. Entonces, la ligereza y la gratitud ocupan, de forma nueva, ese espacio de dolor.

Hace unas semanas recibí por primera vez un masaje tántrico. No tenía nada claro lo que era.
Grata sorpresa la mía, ya que fue una experiencia dimensional en la cual reviví malos momentos, no muy agradables, de mi infancia, como una observadora y, sólo puedo decir, que lo pude mirar con amor. En esta experiencia mi conclusión fue GRATITUD POR QUIEN SOY.

C.

 

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