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Testimonio Ana y Laia

Testimonio de Ana y Laia (14-04-08)

Me llamo Ana y tengo una hija de 2 años, Laia. Cuando estaba embarazada no tenía pareja, toda mi familia vive en la península y mis amigas, o no tenían hijos, o su concepto de la maternidad y del parto no eran el que a mí se me estaba despertando, así que decidí que prefería que durante el parto me acompañara una profesional y contraté una doula.

Esto me dio mucha tranquilidad y tuve un embarazo muy bueno, me sentía fenomenal y así llegó el momento del parto. Dos días antes de nacer Laia empecé con pródromos bastante fuertes que me hicieron pensar que estaba de parto. Había estado con una amiga dando un largo paseo por la playa y sentía que llegaba el momento. Llamé a Llucia, que vino a casa, vio que le faltaban regularidad a las contracciones pero se ofreció a quedarse a dormir igualmente. Yo lo preferí, sin su experiencia yo no tenía tan claro que aún faltara tiempo. Al día siguiente, volvió mi amiga y Llucia se fue. La siguiente madrugada volví a llamarla, me tranquilizó por teléfono y vino por la mañana.

A medida que pasaban las horas, los pródromos fueron cogiendo fuerza y ritmo, estuvimos charlando, comiendo y poco a poco entré en el tiempo del parto. Yo había preparado la música que quería escuchar en aquellos momentos, dejé todo el día las persianas cerradas y me dejé sentir y hacer lo que más me apeteció, dormir, apoyarme de rodillas sobre una gran pelota, estirarme… Llucia me iba proponiendo ideas para acomodar el dolor: respiraba con ella, me hizo masajes, me di una larga ducha… Cuando el proceso se empezó a hacer más duro sugirió utilizar un TENS que llevaba y que resultó de muchísimo alivio, de hecho desde que me lo puso, no me lo quité hasta el hospital para entrar en la bañera de agua caliente, al salir me lo volvió a poner y ya lo llevé puesto incluso en el expulsivo.

En el hospital el trato fue exquisito por parte de la comadrona. Recuerdo momentos de no ser capaz de recordar las instrucciones de cómo respirar, ella lo hizo conmigo, para que yo pudiera sólo repetirlo. Yo había redactado un plan de parto y nacimiento que se respetó en todo momento. Fue un parto en hospital pero natural y respetado. Cuando nació Laia, Llucia cortó el cordón, ella se enganchó al pecho, y así estuvimos mientras me intentaron coser un desgarro, pero se requirió ir a quirófano y además sola, por lo que Laia se quedó con Lucía mientras me intervenían.

La comadrona me acompañó dándome la mano durante la operación. Después de reanimación volví a estar con mi hija y desde entonces no nos hemos separado.

En mi caso, incluso la decisión de parir en hospital fue acertada, ya que con el desgarro que sufrí me dijeron que en un parto en casa tendría que haber corrido al hospital. Estoy muy contenta de las elecciones que tomé y de que las cosas fueran bien a pesar del desgarro y del momento de quirófano, porque pude tener un parto acompañada por dos profesionales impecables, mi doula, una persona de mi confianza que entendía el parto que yo deseaba y una comadrona a quien no elegí  yo, pero de quién guardo un gran recuerdo.

Ana y Laia

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«Ana es una mujer de ideas claras, resolutiva e independiente. Cuando me escogió como doula, en alguna de nuestras conversaciones, me dijo algo así como que conmigo sentía que se podía fiar de que yo iba a ser capaz de sostenerla, si fuera necesario.

Me utilizó poco durante el embarazo, le sirvió para aclararse con el Plan de Parto y me preguntó algunas cuestiones sobre el inicio del parto y las formas de control del dolor, en general ella misma sabía donde y como adquirir información que necesitaba.

Alguna vez me ponía en contacto con ella (cuando generalmente es al revés) para recordarle que estaba allí y saber por su propia voz que todo estaba yendo bien.

Al acercarse al parto, los pródromos  de los últimos días fueron tan intensos que parecía que ya había llegado el momento, ahí es cuando a veces las mujeres se sienten confundidas y pueden llegar a creer que algo no funciona bien. Ella confió en su cuerpo, en lo que yo le explicaba y supo sostener la espera.

Fueron horas de Presencia y Calma, de Atención Plena y de Expectación, de acciones sencillas y completas en sí mismas. Sabiendo que el final del proceso estaba muy cerca.

Y cayendo suavemente e inexorablemente en las manos del Poder de la Naturaleza que permite parir a las mujeres y convertirse en “Lobas”.

Ana se entregó a su parto con cuerpo y alma, atravesó cada fase con coraje y se iba convirtiendo en otra mujer en cada una de ellas. ¡Qué privilegio ser testigo de esa transformación!

Cuanta belleza hay en el rostro de la mujer que “se ha ido al otro lado y ha vuelto”. Cuanta belleza en el bebé recién nacido que mira a los ojos de su madre y se reconocen mutuamente, un bebé que busca, huele y encuentra su pecho.

Cuando en ese momento tan mágico, la madre se tiene que desprender del Ser que más quiere en este mundo, para dejarlo durante un rato a otra persona… está entregando su tesoro más preciado.

Soy consciente del Honor de recibir ese tesoro y siento un profundo agradecimiento por la Confianza que depositó Ana en mí justo en estos momentos. ¡GRACIAS!«

 

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Parto respetado

Respetemos los tiempos naturales del parto/nacimiento (17-05-14)

Este año la Semana Mundial del Parto Respetado es del 14 al 20 de mayo 2017 y tiene como lema: «Respetemos los tiempos naturales del parto/nacimiento. Cada embarazo es diferente».

Está afirmación tan sencilla expresa una verdad que todo profesional de la maternidad debe recordar: de la semana 37 a 42 del embarazo se considera que el bebé está «a término» y que, por tanto, forma parte de los baremos normales nacer dentro de ese espacio de tiempo mientras no haya ningún problema médico… y sea el bebé el que decide nacer.

Porque no es lo mismo nacer en la semana 37, que nacer en la semana 42, cada día que pasa el bebé dentro del vientre de su madre le sirve, entre otras cosas, para acumular grasa corporal que le permitirá regular mejor su temperatura y para madurar sus órganos que, por tanto, estarán mejor preparados para la vida en el exterior del útero. Especialmente importante es la suficiente maduración de los pulmones que tienen que ser capaces de respirar, hoy en día se cree que ellos son los verdaderos desencadenantes del parto.

El ser humano nace muy inmaduro y programar un parto o una cesárea puede producir «prematuridad iatrogénica«, hay estudios que corroboran las dificultades de salud o adaptación que pueden darse a corto, medio y largo plazo en los niños a los que no se deja que lleguen espontáneamente a su propio nacimiento, pero también en las madres que tienen partos inducidos o cesáreas, debido precisamente a las secuelas de las intervenciones médicas.

Los profesionales médicos están obligados a reciclar la información que manejan y, con los datos actuales, deben evitar inducciones o cesáreas que no tengan razones médicas de peso. 

Y, aún así, en España y en el mundo se dan tasas muy variadas de cantidad de nacimientos según sean días laborables, fines de semana o festivos. En este artículo  del Parto es Nuestro se publican las cifras que demuestran que aún quedan muchas cosas por cambiar, sea en los protocolos de los hospitales, en las inercias de los profesionales que atienden los partos, como en la mentalidad de las usuarias, para las que cada vez es más importante estar bien informadas para proteger su salud y las de sus hijos.

Conviene recordar que ningún protocolo médico es de obligado cumplimiento para los profesionales, ni para los usuarios del sistema de salud, cada persona es responsable de las decisiones que toma sobre su propio cuerpo.

 

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Mi apoyo a las matronas en el «Día Internacional de las Matronas 2017»

Cada año se celebra el 5 de mayo el “Día Internacional de las matronas” (International Midwives Day) y sirve para recordar a la sociedad la importancia de la labor de las matronas.

Desde aquí felicito a todas las matronas que trabajan con pasión, por el bien de la maternidad, aprendiendo de cada mujer que se cruza en su camino, dejando que las mujeres sean las protagonistas y respetando sus deseos.

Admiro a las matronas que se “plantan” delante de otros profesionales de la maternidad (a veces, sus propias compañeras) para trabajar desde la evidencia científica y desde el corazón, al mismo tiempo.

Apoyo a las matronas que reivindican más puestos de trabajo en PACS y en hospitales, para poder atender de la mejor manera posibles a las mujeres.

Facilito, en la medida de lo posible, el trabajo de las matronas con las que coincido, mientras acompaño a las mujeres.

Recuerdo a las mujeres que pueden confiar en sus matronas y que escuchen la voz de su experiencia.

Animo a las matronas que tienen prejuicios sobre las doulas, sin conocer a ninguna, ni entender nuestra labor… que se permitan la oportunidad de que trabajemos juntas matronas y doulas, con mente abierta y disfrutando de la experiencia.

Gracias a todas las matronas que se sienten cómodas trabajando al lado de las doulas, porque comprenden que son labores complementarias, están seguras de sí mismas y respetan a las mujeres de forma natural.

 

¡GRACIAS! a Mikel, Jessica, Loles, Isabel, Antonio, María, Belén, Teresa, Marga, Marina, Cati,….. Y tantas, y tantas  matronas que honran su profesión. Gracias de corazón.

Parto Hospital Loles-Llucia-Dàmaris

 

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Parto hospital Ana

Testimonio de Ana (17-04-15)

Mi experiencia de parto con el acompañamiento de Lucía como doula ha sido para mí un proceso fortalecedor como mujer y madre. Una vivencia única y un precioso recuerdo que tendré durante toda mi vida.

Gracias Lucía por tu profesionalidad, aplicada con tanta cercanía y comprensión.

Con las técnicas y conversaciones con Lucía durante las horas del proceso, pude concentrarme tal y como yo deseaba, y entrar en el “planeta parto” durante el cual el tiempo pasó rápido y tuvo el mejor de los finales: el nacimiento de mi hijo.

Espero que muchas madres puedan disfrutar de su experiencia de parto con el doulaje de Lucía.

Gracias por todo. Un beso grande.

 

Parto Ana hospital

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Llucia doula en parto en casa

Testimonio de Laura e Ian (16-02-25)

El día más emocionante de mi vida.

Primero de todo quiero decir que soñaba mi parto como un acto de amor y naturalidad para mi bebé y para mí.
He parido en casa y lo he vivido con mucho amor, rodeada de las personas que quería y que me respetaban en todo momento.
Fue un día único y lleno de sensaciones de las que no creo que me olvide jamás.
Estaba en otro planeta, conectada con mi bebé.
En ocasiones sentía que no podía más, pero tenía a mi lado a mis doulas que fueron mis ángeles, mi energía, mi empujón para seguir, las que me acompañaron en todo el proceso, me ayudaron con tanto amor…fueron una más de la familia.
Ha sido la experiencia más hermosa de mi vida y doy las gracias a mis doulas Cristina Seguí y Llucia Mir y a mi comadrón Mikel Manchola, que lo admiro con todo mi corazón.
Sin ninguna duda los elegiría en mi próximo parto.

 

Parto en casa de Laura

equipo parto en casa

 

Parto casa Laura Servall

 

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Parto Natalia y Kaili

Testimonio de Natalia, Diego y Kaili (16-09-14)

Así como veo, siento y escucho cada día el mar a través de mis ventanas, como una incesante fuerza que me acompaña, así siento la presencia de las personas importantes de mi vida en mí.

Una de esas personas es Lucía, por compartir un momento tan bendecido como la llegada de Kaili, mi hermosa bebé, a este mundo.
Desde el día que hablé por primera vez embarazada de Kaili con Lucía, como cuando me enteré que estaba embarazada, lo que me viene es puro agradecimiento y un Gran Sí a la Vida. ¡Viva la Vida!
Kaili es una gran bendiciòn que me llena de amor puro y aprendizaje.
Me siento honrada de poder compartirlo.
El momento en que llega un nuevo ser a nuestras vidas es muy sensible, especial y vital. Todo puede pasar durante el embarazo, en el momento antes de parir y en el parto.
Como mujer he sentido profundamente el sentido de la vida y lo que es pasar conscientemente por el umbral tan poderoso entre la vida y la muerte, y a la vez sentir que estás brillando de amor y que todo lo das. Ahí es muy importante sentirte sostenida. Y eso he sentido por parte de mi pareja Diego, mi madre, mi hermana, la mami de Diego y por Lucía.
Desde el primer día que contacté con Lucía como doula sentí su compañía sincera, me sentí escuchada desde el corazón y el conocimiento. Una combinación perfecta en el embarazo, donde la sabiduría tanto como el cariño cumplen un rol fundamental.
Cuando decides ser mamá después de los 40 años con un camino recorrido en el mundo de las artes, el crecimiento personal y espiritual es una bendición encontrarte con profesionales que valoran la salud emocional que acompaña la física a la hora de dar a luz y el proceso que conlleva sobretodo los últimos meses  antes de parir. Muy delicado y salvaje a la vez. Puro instinto.
Yo me he sentido valorada, escuchada y mimada.
Las charlas y masajes de Lucía fueron un bálsamo y a la vez una fuerza que me llevó por el camino de la certeza. Segura y relajada son la palabras claves para un buen proceso de preparto y parto.
Estuvimos dandole muchas vueltas al tema de parir en casa o en el hospital y al final por una cuestión económica decidimos que fuera en el Hospital. Elegimos el de Inca para poder parir en el agua.
Y la verdad que más allá del movimiento de salir de casa a parir al hospital, lo mas importante es que sea donde sea, ese momento es un momento de cueva. Donde todo desaparece y solo queda el instinto, el goce, lo salvaje, lo milagroso…que estés donde estés puedes tener una experiencia empoderada si así lo quieres. Y lo más importante, pleno de amor luminoso… Así di a luz a Kaili. Un regalo divino.
¡Gracias Lucía!

 

Familia Natalia, Diego y Kaili

 

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Parto en casa con doula

Testimonio de Neus Serra (15-12-28)

¿Qué significó tener una doula para mí?

Tener no una, sino dos doulas en mi parto en casa, además de mi comadrón Mikel Manchola, fue sin duda lo que marcó la diferencia. Me sentí arropada, comprendida, tranquila, segura y libre, sobre todo libre. ¡Y fuerte! Me sentí la mujer más fuerte y poderosa del mundo y se lo debo a ellas, a la capacidad que tuvieron para hacerme sentir empoderada. Esto en cuanto a parto, pero la parte dura es el posparto. Y ahí estaban ellas, esas mujeres sencillas capaces de hacerte sentir tranquila cuando estás hecha un mar de dudas, cuando crees que no sabes, que no puedes… ahí están recordándote que eres la mejor madre de este bebé y que lo haces fenomenal. A veces, simplemente pensando en ellas, volvía la calma y la seguridad.
Sin duda para mi son un apoyo muy importante que las hace casi imprescindibles en la sociedad actual: rápida, superficial, incansable y antinatural. A mí me han recordado quiénes somos y a qué hemos venido, algo mucho más intenso y profundo de lo que creemos.
Gracias a mis doulas Cristina Seguí y Llucia Mir

Parto en casa Neus Serra

 

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Testimonio Sabrina

Testimonio de Sabrina (15-02-18)

¡No sin mi Doula!

Eso es lo que debería haber gritado cuando ingresé en el hospital para parir a Emma… ¡¡No sin mi Doula!!

Me arrepiento de no haberlo hecho, de no haberme puesto firme para exigir que me permitieran estar acompañada de quienes yo había decidido que lo hicieran. De haber permitido que me trataran como a una niña pequeña a la que le dan argumentos poco válidos, fundados en pretenderme ignorante en mis derechos como usuaria y sobre todo…que me dejaran sola, aislada de toda compañía y soporte emocional en el paritorio, más de una hora.

Mi ideal de parto era otra cosa, de hecho, yo habría parido en mi casa, mi cueva, acompañada de un par de los míos y de mi Doula…en un ambiente conocido…seguro….confortable. Esto, por diferentes motivos no era posible, así que pasé al plan B, y fue gracias al apoyo de Llucia que poco a poco pude encajar este cambio de planes.

Empecé a estar en contacto con ella a partir de la semana 36 para unas fabulosas sesiones de masajes que físicamente me reconfortaban el cuerpo después de tantos meses de embarazo, y charlas que me reconfortaban en lo más profundo de mi Ser, en lo más profundo de mi Mujer. Charlas que me ayudaron a definir mis expectativas, a quitarme dudas, a dejar miedos, a posicionarme en que quería y que no para el momento más importante de mi vida…¡traer a mi hija al mundo! Y pude aceptar plenamente la idea de ir al hospital…pude aceptar fluir con el proceso del parto…sea como sea que se fuera dando…

Para la semana 39, cuando todo podía ocurrir en cualquier momento, saber que Llucia “estaba de guardia”, dispuesta incluso a dejar sus festejos navideños para venir a acompañarnos ¡era muy tranquilizador!
Y entonces me puse de parto
Empezaron las contracciones sobre las 8 de la noche y decidí llamarla en plena madrugada…y nos acompañó eternas horas, momento a momento con esa mirada que me sostenía durante cada contracción, una mirada de Mujer a Mujer que llenaba y reconfortaba más que cualquier palabra.
Llucia vino a acompañarme, a sostenerme literalmente, aportó en cada momento lo necesario…un gesto, una palabra, un masaje, una respiración
Pero llegó el momento de ir al hospital! Y pude seguir en mi burbuja un rato más…lo que tardamos en decir la palabra Doula y presentar el plan de parto.
En este momento no voy a contar detalles del parto en sí.
Solo decir que me presentaba con un parto normal, sin complicación ninguna, sin anestesia…vamos, ¡una mujer pariendo!
Una mujer más, pariendo como miles de millones de mujeres han hecho a lo largo de la historia de la humanidad.
Podría haber conseguido tener el parto mucho más parecido a lo que yo deseaba, solo que topamos con “la institución”, “los protocolos”, y no me dejaron que me acompañaran. Optaron por dejarme sola, entrar a los gritos a “regañarme” y tener de pronto a cinco personas desconocidas intentando justificarse ante el NO a las Doulas, sola porque sacaron a mi pareja, con contracciones, muerta de miedo y absolutamente invadida. ¡Se me rompió la burbuja! ¡¡Que innecesario todo!!
La verdad, no me resistí. En esos momentos estás en lo que estás, ¡Estás Pariendo!!

Llucia de todas formas se quedó con nosotros! La tecnología en este aspecto fue lo que “salvó” la situación. El wathsapp fue la vía de conexión entre mi Doula y mi pareja y él de enlace entre ambas.
Y si, ¡al final parí!
Y cuando acabas de parir, a pesar de todo, te vas a la habitación, agotada, con tu bebé en el pecho y con la sensación más grande que te ha invadido en tu vida…dando las gracias a todos los que te asistieron, esos mismos que unas horas antes gritaban que NO a las Doulas. Esos mismos que parece se sienten invadidos o vulnerables profesionalmente porque una Mujer Decide parir de cierta forma y Decide por quien estar acompañada.
Ya no hay vuelta atrás, ni siquiera se si las vueltas hacia más adelante me llevaran a parir otra vez y si vuelvo a parir, Pariré, pero ¡No sin mi Doula!

 

 

Testimonio Cris y Carlos

Testimonio de Cristina y Carlos (17-01-03)

Me puse con contracciones regulares en casa a las 22h de la noche del 2 de enero. Apagué las luces, puse música y en un ratito llegó mi marido. Estuvimos solos, riendo, hablando, sabiendo que eran nuestros últimos momentos solos en casa y también «solos» para siempre.

A las 4h de la mañana llamamos a Lucía. Las contracciones eran cada vez más intensas y queríamos estar en casa el máximo tiempo posible. Cómodos, tranquilos, en familia. Estuvimos los tres juntos en casa hasta las 9:30h de la mañana. En ese tiempo, ella estuvo todo el rato conmigo, acompañándome, recordándome que me sentara y descansara entre contracción y contracción, sabiendo que quedaba mucho tiempo y que tenía que reservar mis fuerzas. Me masajeaba la espalda y me recordaba que respirara. Eso es algo que me sucede cuando estoy con Lucía, es capaz de apaciguar mi respiración sólo escuchándola a ella respirar profundo.

Nos fuimos al hospital y allí tuvimos la suerte de poder estar los tres juntos dentro de paritorio. Tanto ella como mi marido sabían que era muy importante para mi tener un parto natural, y los tres trabajamos en equipo para ello. Los dos me apoyaron y animaron continuamente, y no me hubiera imaginado mi parto sin ninguno de ellos. Los dos se complementaban. Los sentía tranquilos, me transmitían paz, y sobretodo sentía que los dos confiaban plenamente en mi y en mi capacidad para conseguir el parto que quería.

Tuve una experiencia de parto mágica y, si volviera atrás, volvería a repetirlo todo.

Gracias Lucía. Gracias por acompañarnos en el nacimiento de nuestra familia.

Cristina y Carlos

Parto Cris y Carlos

Manos de Cris y Carlos

Parto hospital Cris, Carlos y Llucia Doula

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Testimonio de Lucía, Carlos y Luna (14- 06- 22)

«Conocí a Lucía de “casualidad” o “causalidad”, según como se mire. Paseando en una Feria de pueblo, me paré a ver la artesanía tan bonita que ella y su marido hacen y venden. Nos pusimos a hablar de mil cosas y, al enterarse de que yo era doula, la conversación fue a parar sobre sus experiencias con la maternidad.
Fue un encuentro muy bonito, se que le sirvió para situar algunas cosas que no había entendido y que nadie le había sabido explicar antes. Sus últimas palabras fueron, si algún día tengo hijos, te buscaré para que seas mi doula.
Y efectivamente, casi sin haber vuelto a tener más contacto, años más tarde me llamó para darme la fantástica noticia de que estaba embarazada y pedirme que fuera su doula. Esas cosas son las que te confirman, una y otra vez, que mi profesión es una cuestión del SER, por sobre todas las cosas.
Tuvimos nuestros encuentros para responder a sus dudas, principalmente lo relacionado con el Plan de Parto. Ellos inicialmente querían parir en casa, pero hoy en día, al no estar subvencionado por el Estado, supone un esfuerzo grande para los padres. Así que decidieron tener su parto deseado dentro del ámbito hospitalario, y confiar en que el Universo les ayudaría a tener el mejor equipo posible para ello.
Cuando me llamaron para contarme la triste noticia que, en la visita rutinaria de la semana 39+3, su hija Luna había dejado de vivir… sentí un dolor muy profundo. Y sabía que para ellos era la peor noticia posible.
Estas cosas nunca se olvidan.
A pesar de que a la madre le ofrecieron parir sin dolor, después de hablar un rato sobre ello, decidió vivir de forma consciente toda la experiencia. El Universo le concedió poder contar con profesionales que fueron exquisitos en el trato y que, a pesar de la sorpresa sobre sus deseos de un parto natural, le dejaron experimentarlo. Y según confesaron luego, no creían que fuera posible, porque estos partos suelen ser muy difíciles en muchos sentidos.
También permitieron que como doula les acompañara durante todo el proceso. Solo deciros que fue un parto Hermoso y Consciente. Cuando pusieron a su hija Luna sobre su pecho, Lucía se puso a cantar un “mantra” precioso que generó una energía de Luz y de Paz que nos emocionó a todos los presentes de forma que no se puede explicar. 
Formamos entre todos un fantástico equipo, y creamos unos sutiles lazos de Amor que trasciende lo profesional.
ACOMPAÑAR A PADRES CONSCIENTES ES UN REGALO PARA EL ALMA.»

Llucia Doula

Testimonio doula con muerte perinatal

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