Parto Natalia y Kaili

Testimonio de Natalia, Diego y Kaili (16-09-14)

Así como veo, siento y escucho cada día el mar a través de mis ventanas, como una incesante fuerza que me acompaña, así siento la presencia de las personas importantes de mi vida en mí.

Una de esas personas es Lucía, por compartir un momento tan bendecido como la llegada de Kaili, mi hermosa bebé, a este mundo.
Desde el día que hablé por primera vez embarazada de Kaili con Lucía, como cuando me enteré que estaba embarazada, lo que me viene es puro agradecimiento y un Gran Sí a la Vida. ¡Viva la Vida!
Kaili es una gran bendiciòn que me llena de amor puro y aprendizaje.
Me siento honrada de poder compartirlo.
El momento en que llega un nuevo ser a nuestras vidas es muy sensible, especial y vital. Todo puede pasar durante el embarazo, en el momento antes de parir y en el parto.
Como mujer he sentido profundamente el sentido de la vida y lo que es pasar conscientemente por el umbral tan poderoso entre la vida y la muerte, y a la vez sentir que estás brillando de amor y que todo lo das. Ahí es muy importante sentirte sostenida. Y eso he sentido por parte de mi pareja Diego, mi madre, mi hermana, la mami de Diego y por Lucía.
Desde el primer día que contacté con Lucía como doula sentí su compañía sincera, me sentí escuchada desde el corazón y el conocimiento. Una combinación perfecta en el embarazo, donde la sabiduría tanto como el cariño cumplen un rol fundamental.
Cuando decides ser mamá después de los 40 años con un camino recorrido en el mundo de las artes, el crecimiento personal y espiritual es una bendición encontrarte con profesionales que valoran la salud emocional que acompaña la física a la hora de dar a luz y el proceso que conlleva sobretodo los últimos meses  antes de parir. Muy delicado y salvaje a la vez. Puro instinto.
Yo me he sentido valorada, escuchada y mimada.
Las charlas y masajes de Lucía fueron un bálsamo y a la vez una fuerza que me llevó por el camino de la certeza. Segura y relajada son la palabras claves para un buen proceso de preparto y parto.
Estuvimos dandole muchas vueltas al tema de parir en casa o en el hospital y al final por una cuestión económica decidimos que fuera en el Hospital. Elegimos el de Inca para poder parir en el agua.
Y la verdad que más allá del movimiento de salir de casa a parir al hospital, lo mas importante es que sea donde sea, ese momento es un momento de cueva. Donde todo desaparece y solo queda el instinto, el goce, lo salvaje, lo milagroso…que estés donde estés puedes tener una experiencia empoderada si así lo quieres. Y lo más importante, pleno de amor luminoso… Así di a luz a Kaili. Un regalo divino.
¡Gracias Lucía!

 

Familia Natalia, Diego y Kaili

 

acompañArte

0 comentarios

Dejar un comentario

¿Quieres unirte a la conversación?
Siéntete libre de contribuir!

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *