Testimonio de Dámaris, Mojtar y Senda (13-10-26)
Sentir cerca la presencia de mi doula ha significado mucho, en muchos sentidos. Ha supuesto recuperar la mirada hacia mí misma, hacia el potencial más primitivo de la mujer que crea vida y en esa visión también he podido sentir el poder de todas las mujeres que me precedieron, de sus soledades y sufrimientos en el maternaje.
Y siento a mi doula como una gran bendición, un ser cargado de sabiduría y amor, un bálsamo conciliador en la pareja y frente a los cambios, un chute de coraje, conocimiento y esperanza…
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