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Testimonio Alba, Fede y Daniel (01-10-2018)

Para parir se necesita conexión con el propio cuerpo, confianza en el proceso, entrega total,… y desde ahí, hay mujeres que son más de tribu, que se sienten cómodas con el apoyo de sus seres queridos. Alba tuvo un parto muy potente, de esos que en algún momento se plantea si la madre lo podrá sostener, pero ahí fue… paso a paso, abriéndose camino su bebé y ella entregada en totalidad. Cuando nació Daniel, todos habíamos empujado con fuerza, nos sentimos agotados y felices. Un final muy merecido.

 

Estaba embarazada de 41 semanas y un día y, si todo iba bien, Daniel nacería en casa. Había elegido para ayudarme en el parto a Mikel Mantxola, y con él a las doulas Cristina Seguí y Llucia Mir, a quienes se unió mi buena amiga y doula en prácticas Camila Dueñas. Así que cuando Dani se decidió a venir, la casa estaba llena de gente esperándole, porque también estaban su papá, su abuela, su tía y su hermano de 4 patas.
Cuando rompí aguas, las contracciones suaves que había sentido la noche anterior y parte de ese día, se volvieron más intensas. Junto a esa intensidad llegó el miedo y las dudas (¿podré aguantarlo?, ¿lo estaré haciendo bien?) Lucía estaba allí apoyándome, ayudando a aliviar el dolor, recordándome mi fuerza, dándome cariño. Al poco tiempo tomó su relevo Cris que, como Lucía, respiraba conmigo, me acompañaba, me explicaba las cosas con amor y respeto, y mi querida Cami, siempre un hombro sobre el que apoyarme, unos ojos a los que mirar, una palabra adecuada en cada momento. Mis tres doulas fueron, cada una a su manera única y especial, tres compañeras con las que paseé de la mano por cada contracción. Me ayudaban a cambiar de postura, me daban masajes (que ayudaban mucho a calmar el dolor), me animaron a dejar salir lo que sentía, me ayudaron a confiar en mi poder, cuando estaba agotada mental y físicamente. Ellas junto con Fede, el papá de Daniel, formaban un apoyo que para mí fue inmejorable, siempre respetando lo que yo quería y necesitaba. Al final creo que todos en aquella habitación estábamos empujando a la vez y esforzándonos, y sentirles me dio mucha fuerza.
Me cuesta expresar con palabras y en tan poco espacio lo que fue aquella noche, lo que sentí y lo que siento al recordarla…cada recuerdo está lleno de amor y me emociona. Desde entonces, cada día doy las gracias por haber podido contar con ellos, no podría imaginar una mejor bienvenida para mi bebé ni un aprendizaje mayor sobre mí misma y sobre el amor en tan poco tiempo. Han pasado cuatro meses y sigo aprendiendo de aquellas horas. ¡Qué intensidad… cuánta magia! Y aunque acabamos todos agotados… ¡Volvería a repetirlo todo ahora mismo!

Alba

Testimonio Alba, Matías, Nauq y Aila (08-05-21)

En mi trabajo como doula conozco familias, como la de Alba, que honran esa palabra, porque transmiten ese amor bonito que traspasa transversalmente todo lo que hacen. Acompañarlas es un viaje precioso y fácil, cada conversación trae luz, cada gesto consciencia, y llegado el momento todo fluye desde el interior hacia afuera, como la danza de un volcán que se expande y derrama su lava… arrasando cualquier atisbo de duda o control, entonces las riendas están en manos de la naturaleza que trabaja coordinando todo de forma exquisita.

No suelo sugerir a las mujeres la hora de partir al hospital, pero hay veces que observo como el cuerpo entra en trance y ya apenas queda contacto con lo mundano, son momentos donde percibo en los sonidos y movimientos, un aceleramiento de todo el proceso donde es importante actuar en consecuencia.

Cuanta más experiencia tengo, más me fio de estas intuiciones, no es algo que se pueda enseñar, solo requiere «escucha» y «presencia»… nada más y nada menos. Es algo que todas las personas, profesionales o no, deberían desarrollar cuando están cerca de una mujer entregada al proceso sagrado de parir un hijo y nacer como madres.

 

Yo ya había parido una vez. Y no había ido tan mal, pero tenía la sensación que no había tenido el acompañamiento que yo necesitaba y que por eso había aparecido el miedo: enemigo por antonomasia del parto.

Ahora, para el segundo, pensé coger una Doula. Al principio, estaban desdibujadas las razones para tenerla, pero a medida que conocía a Lucía y avanzaba el embarazo, se perfilaban y cada vez tenía más claro que no me había equivocado. Su presencia (más allá de la física y la virtual; la presencia abstracta que ya tenía en nuestras vidas desde el principio de todo), su serenidad, su visión abrazando la nuestra… Todo un cúmulo de cosas, pequeñas, pero importantísimas, ayudaron a sostener la construcción de mi seguridad y confianza.

Cuando alguna duda, miedo o inseguridad aparecía tímidamente, hablar con Lucía o ir a verla y aprovechar para hacer una sesión de osteopatia, me daba el empujón, las palabras y el calor que yo necesitaba para seguir confiando, escuchando mi cuerpo y avanzar con seguridad.

La noche del parto, cuando ella todavía no había llegado, Matías y yo estábamos de lo más tranquilos. Porque de alguna manera, saber que ella estaba viniendo nos daba paz. Cuando llegó yo ya estaba en una dinámica de contracciones más seguidas y no hicieron falta más de 15 segundos para que Lucía se integrara completamente en el proceso que estaba haciendo mi cuerpo. Me ayudó a descansar más plenamente entre contracciones y sus caricias y masajes me conectaban con todo aquello que estaba pasando, que era muy potente, pero no definiría como dolor. Era intenso. Y mi cuerpo bailaba mientras me recorría aquella potencia por dentro. Yo habría estado indefinidamente así, porque gestionaba las contracciones y me sentía poderosa.

Pero 2h después, suerte que Lucía propuso ir al hospital. Estaba yendo todo muy rápido y ella fue capaz de darse cuenta, porque nosotros, con la experiencia de 36h de parto del primer hijo, pensábamos que todo sería más lento… Pero poco después de que propusiera partir algo dentro de mío me dijo que sí, que teníamos que marchar.

Y efectivamente, subiendo al coche recuerdo decirle que quería empujar. Y todo el camino hacia el hospital no podía parar de gritar, vocalizando una A gigante que inconscientemente empujaba a Aila hacia este mundo. Tuvimos que parar en Son Espases porque no tenía nada claro que llegáramos a Son Llàtzer a tiempo. Matías entró a paritorio conmigo, faltaban escasos 30 minutos para que saliera mi hija.

Recuerdo tener unas ganas muy profundas de ver a Lucía cuando ya tenía a la pequeña en los brazos. De decirle gracias, de abrazarla y celebrar la vida con ella, de agradecerle toda la luz que llevó al proceso. Pero por tema protocolos en paritorio solo podía entrar una persona. Aún así, sentía su presencia y compañía, que se materializaba a través del móvil cuando lo necesitábamos.

Ahora, a posteriori, ya lo hemos bautizado como la mejor inversión que hemos hecho nunca.
Calma, confianza, bienestar…todo lo que necesitaba para este parto lo tuve; un acompañamiento extraordinario y empoderador.

Gracias Llucia, por dárnoslo y por ser.

Testimonio original:

Jo ja havia parit un cop. I no havia anat tan malament, però tenia la sensació que no havia tingut l’acompanyament que jo necessitava i que per això havia aparegut la por: enemic per antonomàsia del part.

Ara, pel segon, vaig pensar a agafar una Doula. Al principi, estaven desdibuixades les raons per tenir-la, però a mesura que coneixia a na Llucia i avançava l’embaràs, es perfilaven i cada cop tenia més clar que no m’havia equivocat. La seva presència (més enllà de la física i la virtual; la presència abstracta que ja tenia a les nostres vides des del principi de tot), la seva serenor, la seva visió abraçant la nostra… Tot un cúmul de coses, petites, però importantíssimes, van ajudar a sostenir la construcció de la meva seguretat i confiança.

Quan algun dubte, por o inseguretat apareixia tímidament, xerrar amb na Llucia o anar a veure-la i aprofitar per fer una sessió d’osteopatia, em donava l’empenta, les paraules i l’escalfor que jo necessitava per seguir confiant, escoltant el meu cos i avançar amb seguretat.

La nit del part, quan ella encara no havia arribat, el Matías i jo estàvem d’allò més tranquils. Perquè d’alguna manera, saber que ella estava venint ens donava pau. Quan va arribar jo ja estava en una dinàmica de contraccions més seguides i no van fer falta més de 15 segons perquè na Llucia s’integrés completament al procés que estava fent el meu cos. Va ajudar-me a descansar més plenament entre contraccions i les seves carícies i massatges em connectaven amb tot allò que estava passant, que era molt potent, però no definiria com dolor. Era intens. I el meu cos ballava mentre em recorria aquella potència per dins. Jo hauria estat indefinidament així, perquè gestionava les contraccions i em sentia poderosa.

Però 2h després, sort que na Llucia va proposar anar a l’hospital. Estava anant tot molt ràpid i ella va ser capaç d’adonar-se’n, perquè nosaltres, amb l’experiència de 36h de part del primer fill, pensàvem que tot seria més lent… Però poc després que proposés partir alguna cosa dins meu em va dir que sí, que havíem de marxar.

I efectivament, pujant al cotxe recordo dir-li que volia empènyer. I tot el camí cap a l’hospital no podia parar de cridar, vocalitzant una A gegant que inconscientment empenyia a l’Aila cap aquest món. Vam haver de parar a Son Espases perquè no tenia gens clar que arribéssim a Son Llàtzer a temps. En Matías va entrar a paritori amb mi, faltaven escassos 30 minuts perquè sortís la meva filla.

Recordo tenir unes ganes molt profundes de veure a na Llucia quan ja tenia la petita als braços. De dir-li gràcies, d’abraçar-la i celebrar la vida amb ella, d’agrair-li tota la llum que va portar al procés. Però per tema protocols a paritori només podia entrar una persona. Així i tot, sentia la seva presència i companyia, que es materialitzava a través del mòvil quan necessitàvem.

Ara, a posteriori, ja l’hem batejat com la millor inversió que hem fet mai.
Calma, confiança, benestar…tot el que necessitava per aquest part ho vaig tenir; un acompanyament extraordinari i empoderador.

Gràcies Llucia, per donar-nos-ho i per ser-hi.

parto doula

Testimonio Ainara, Xisco y Kai (28-09-19)

Ainara y Xisco contactaron conmigo porque su hermana Esti, que acababa de parir, les habló con mucho entusiasmo de su parto con doula. Desde el primer momento se veia que tenían claro lo que querían y que Ainara estaba muy bien informada y empoderada. Todo fue fácil, aunque las mujeres cuando atravesamos el umbral de nacer como madres, pasamos por tantas transformaciones que salimos irreconocibles. Fue un placer acompañar a esta gran familia y todos me acogieron como una amiga del alma, son relaciones que van más allá de lo profesional y cuando voy por el pueblo donde viven las dos parejas con sus preciosos hijos, me gusta visitarles y seguir viendo como crecen.

Se me ensancha el corazón cuando compruebo una y otra vez que tengo la profesión más hermosa del mundo.¡Gracias!

Memorias para nuestra Doula,

Cuándo decidimos contactar con Llucia Mir nos encontrábamos a la mitad del embarazo. Mi hermana acababa de tener su primer hijo y Llucia les había realizado el acompañamiento. Hablaban maravillas de ella, así que nos decidimos a contar con su ayuda para realizar este paso a ser padres.
Nos atraía la idea de que Kai naciera en casa, pero no estábamos convencidos del todo, algunos miedos como la gestión del dolor durante las contracciones, hicieron que optásemos por dar a luz en el hospital de Manacor.
Aun así no dejaba de rondarnos la idea de que un nacimiento en casa estaría genial, nos preocupaban las intervenciones y protocolos hospitalarios. La libertad e intimidad que ofrece el hogar no la encontraríamos en el hospital.

Por este motivo pensamos que disponer del acompañamiento de una Doula sería la mejor opción para alargar el trabajo de dilatación en casa y pasar el mínimo de tiempo en el hospital.

Pero resultó ser mucho más que eso, desde la primera sesión de bienvenida no perdimos contacto durante todo el embarazo, a pesar de estar muy informados y preparados, a cualquier duda que nos surgía allí estaba Llucia, cuando me sentía abrumada, surgían miedos, emociones que afloraban, las conversaciones que teníamos nos ayudaban a ir haciendo el camino.
Fue de gran ayuda para preparar nuestro plan de parto y facilitarnos extensa información de todas las alternativas posibles para la toma de decisiones a la hora de acudir al hospital.

Y llegó el día esperado, como no habíamos perdido contacto semana tras semana, Llucia estaba al tanto de toda mi evolución, con solo escuchar mi respiración en la última llamada que hicimos supo que el nacimiento de Kai estaba empezando, en una hora llegó a nuestra casa.
Fue una noche magnífica, mientras Xisco dormía y cogía fuerzas para el día, Llucia y yo nos recogimos en el salón, donde habíamos montado el campamento base, parecía estuviera de acampada con mi mejor amiga. Poco a poco me fue acompañando hacia el ”planeta parto” y me ayudó a permanecer allí. Cada ola de contracción era gozosa, sus manos masajeando mi espalda, allí donde más necesitaba, su respiración, sus abrazos, sus palabras y su compañía hicieron que llegar a los 8 cm de dilatación parecieran un sueño, ¡un disfrute!

Con la llegada al hospital seguimos con la dinámica, aunque el cambio de lugar, los protocolos, la gente nueva, la habitación fría y el que no nos permitieran estar con nuestra Doula, entorpeció todo un poco. Aun así, Llucia estaba allí fuera en la sala de espera, haciendo de puente entre nosotros y nuestras familias, dando apoyo a Xisco también para acompañarme de la mejor manera. Y así fue como nuestro pequeño Kai llegó a La Luz… ¡Fuerte y valiente!

Todo nos fue rodado, la tetita marchó fenomenal, yo me recuperé rápidamente y en un par de días ya estábamos en casa. Entre tanto Llucia no perdió el contacto con nosotros, cada día hablamos para ver como marchaba la cosa, cualquier duda que nos surgía, que no eran pocas, intentaba darnos solución o ayuda. Ya fuera algo práctico como emocional, al igual que había venido haciendo durante todo el embarazo.

Como en toda historia, llegó el día de la despedida, donde acabaron sus servicios. Como una nueva familia nos despedimos, con pena de no tener a nuestra “pepita grillo” a total disponibilidad, pero siempre te tendremos presente y ya formas parte de algo tan hermoso que vivimos todos juntos.
Gracias infinitas por estar y acompañarnos en el día más especial de nuestras vidas.

Xisco, Kai y Ainara

acompañArte

Testimonio Ida, Jorge y León (07-08-18)

Es muy común que los encuentros con las familias que solicitan una doula vengan a través de recomendaciones, por eso a veces soy la doula de las amigas de un mismo grupo, como ocurrió en este caso. Parir es un acto muy potente, es muy físico, emocional y espiritual al mismo tiempo, por lo que es importante quién te acompaña,… queda fuera el mental, que tiene que quitarse de en medio para que todo el proceso se desarrolle con toda su fuerza. Esa es la razón por la que en un parto sobran las palabras y apenas tiene importancia el idioma que hablas. Nos une el idioma del corazón.

Con Ida y Jorge hubo entendimiento desde el primer encuentro, ellos son una pareja muy conscientes y muy unidos, sabían lo que querían y cómo lo querían. Estar cerca de familias así es un privilegio, además de fácil.

Fue hermoso danzar alrededor del fuego que crearon en su nacimiento como padres, todo amor y todo instinto. Incluso, cuando la vida les puso en la tesitura de ir al hospital, siguieron conectados los hilos invisibles de unión entre ellos, para recibir de la mejor manera a León.

Acompañar a Ida fue una experiencia increíble, además de un placer, cuando recordamos aquellos momentos no podemos evitar emocionarnos y sentir ese vínculo especial que queda en el corazón a pesar del paso del tiempo. 

 

Encontramos a Lucía a través de las recomendaciones de varios amigos y después de reunirnos con ella, ambos confiamos instintivamente en ella y sentimos que queríamos que Lucía formara parte del nacimiento en casa de nuestro hijo. Nos cautivó su energía tranquilizadora, tranquila pero juguetona y positiva. Ella es una gran oyente y parecía que inmediatamente nos entendía como pareja, a pesar de que mi español no es muy bueno y, sobretodo, respetaba nuestros deseos. ¡Parecía que la conocíamos desde hacía mucho tiempo!

Para vincularme más con Lucía durante los meses previos al nacimiento, realicé dos masajes que fueron muy agradables. En el segundo, que estaba cerca del nacimiento, se estaba comunicando en silencio con mi bebé con sus manos sanadoras y su energía, fue una experiencia hermosa y emocional.

Durante la noche real del parto, Lucía llegó con el equipo de parto y se mezcló de una manera muy natural y segura en nuestro hogar. Durante todo el parto no creo que me haya comunicado mucho con palabras, pero Lucía resultó tener un sexto sentido en lo que necesitaba, tanto si era refrescarme con toallas húmedas, darme un masaje en la espalda o conseguirnos agua. Ella realmente respetaba la mágica burbuja de nacimiento en la que estábamos mi compañero y yo, lo cual era nuestro deseo, y logró ser de ayuda sin perturbar nuestro precioso momento privado. Cuando, en la fase de empuje, tuvimos que ser trasladados al hospital a medida que bajaba el ritmo cardíaco del bebé, Lucía vino con nosotros y fue de gran ayuda para mi pareja, que tuvo que permanecer en la sala de espera durante la cirugía. Ella también se quedó para asegurarse de que el bebé comenzara a comer adecuadamente, además vino a visitarnos unos días después y también se mantuvo en contacto por WhatsApp y estaba disponible para cualquier pregunta que tuviéramos, lo que realmente aprecié.

¡Realmente amamos a Lucía y la recomendaríamos a cualquier persona interesada en tener la presencia de una doula en el parto!

Ida

 

(Texto original)

We found Lucía through recommendations from several friends and after meeting with her, we both instinctively trusted her and felt that we wanted Lucía to be part of the home birth of our son. We were smitten by her reassuring, calm yet playful and positive energy. She was a great listener and it felt like she immediately understood us as a couple, even though my Spanish is not so good, and was respectful of our wishes. It seemed as we had known her for a long time!

To bond more with Lucía during the months before birth I went for two massages that were both really nice. In the second one which was close to birth, she was silently communicating with my baby with her healing hands and energy and it was a beautiful, emotional experience.

During the actual night of the birth, Lucía arrived with the birth team and blended in in a very natural and confident way in our home. During the entire labor I don’t think I communicated much with words, but Lucía turned out to have a sixth sense in what I needed, weather it was to cool me down with wet towels, give a back massage or get us water. She really respected the magical birth bubble that me and my partner were in, which was our wish, and managed to be of assistance without disturbing our precious, private moment. When, in the pushing phase, we actually had to be transfered to the hospital as the baby’s heart rate went down, Lucía came with us and was of great support for my partner who had to stay in the waiting room during surgery. She also stayed to make sure that the baby started eating properly, plus came to visit a few days later and also stayed in touch on WhatsApp and was available for any questions that we would have, which I really appreciated.

We really love Lucía and would recommend her to anyone interested in having a doula present at birth!

Ida

acompañArte

Testimonio parto con doula en Mallorca

Testimonio Lorena, Antonio y Candela (5-09-19)

Conocí a Lorena en un mercado de pueblo, un lugar como otro cualquiera para que surjan las «causalidades», aunque no era la primera vez que me pasaba. Desde ese encuentro mantuvimos un contacto continuado en el tiempo… entre un cambio suyo de domicilio de Inglaterra a Mallorca, su deseo de maternidad, la búsqueda y las decisiones… pasaban los años.
En cuanto quedó embarazada ¡que alegría para todos!, se reflejaba en su rostro y en la ligereza como llevaba el embarazo, la avidez por informarse, aprender, conocer aquello que le podía ayudar a ser consciente, prepararse para la mejor experiencia y también para los imprevistos.
Llegado el día del parto tuvo que afrontar una de las situaciones más difíciles para una mujer que desea tener un parto fisiológico, empezar con una inducción. Pero la ilusión de ver pronto a Candela y su preparación previa le ayudaron a aceptar el cambio de planes, sostuvo las contracciones intensas con oxitocina sintética el tiempo suficiente como para entrar en el «Planeta Parto», allí se mantuvo durante horas con fiel determinación, a pesar de que las noticias de los avances no eran buenas,… olvidada del tiempo y el espacio, solo ella sabe de la fuerza que utilizó para continuar… o quizás otras mujeres que han parido en esta situación, pueden intuir, a qué se estaba enfrentando en su interior.
En su evolución de parto y después de largas horas, pedir una epidural era abrir la posibilidad de que su cuerpo pudiera relajarse mínimamente y quizás ceder para abrirse. Y no fue así, la epidural no hacia el efecto deseado y seguía sin dilatar. Es verdad que, a veces, los partos iniciados con inducción tienen peor respuesta al proceso porque el cuerpo no estaba «preparado» para ello, pero aún así, ¡hay tantos factores que influyen! y que no dependen de la voluntad de la mujer, ni de cuanto se abandona al proceso, ni de cuanto se ha trabajado interiormente,… entonces la parte más difícil es ACEPTAR, así en mayúsculas, todas y cada una de las circunstancias de la experiencia que toca vivir, sin ninguna culpa.
Visto desde afuera, con mi mirada de doula y después de haber acompañado muchos partos, solo puedo ADMIRAR la fuerza, la belleza y la determinación de Lorena, solo puedo recordarle que su gesta es inmensa. Que estuvo sosteniendo durante muchas horas toda clase de pruebas, de esas que te hacen tirar la toalla y ella siempre fue más allá.
Incluso, una vez acabado el parto y en plena recuperación física y emocional, está lidiando con una lactancia que daría para escribir un libro… aunque esa es otra historia, que quizás ella misma contará. De momento, os dejo con sus palabras sobre su experiencia de parto. Un parto Intenso, profundo, único. Un parto iniciático. Un parto de AMOR.
Gracias Lorena por enseñarme tanto, en cuanto a mujer y en cuanto a amiga. ¡GRACIAS!
Casi 4 años con Llucia, «nuestra» doula… acompañándonos en la búsqueda. En los inicios ni como doula, sino como Ser que te encuentras en el camino y con su corazón generoso te acompaña una parte del mismo.
Al final de un largo periplo lleno absolutamente de todo tipo de opciones llegó el 21 de diciembre de 2018 la llamada que me comunicaba la ansiada noticia: ¡¡¡Estás embarazada!!!
Embarazada, embarazada… ¡¡EMBARAZADA!!hermosa palabra que me llena la boca de emociones que casi puedo masticar.
Embarazada… embarazados… repletos de amor, de ilusión y ahora sí, Llucia era la doula que nos acompañaría los siguientes meses.
Con ella resolvimos montones de preguntas que le iban dando forma a nuestra experiencia. Un embarazo privilegiado, tranquilo, consciente, liviano…¡¡Un regalo de la Vida!!… Durante esos meses, leí, me escuché…imaginé….y también esperé cosas que no sucedieron…Recordatorio: ¡¡no leas, Lorena!! cada individuo es un mundo, tú eres única y tu experiencia también lo será.
Al pasar la semana 40 los días de «la dulce espera» a finales de agosto, se tornaron inquietos…y el día 6 de septiembre, una semana después de haber cumplido mi semana 40, a las 10h de la mañana rompí aguas y eran sucias…llamé a Llucia y me recogió para llevarme al hospital hasta que llegara Antonio… En media hora estábamos en el hospital y tenía las correas puestas. Candela estaba estupendamente pero tenía que quedarme ingresada (protocolos… que le vamos a hacer…) para iniciar una inducción.
La verdad es que iba ligera de expectativas rígidas…me hubieran gustado unas cosas más que otras… sabia de las opciones…bueno, pensé que las conocía todas… pero la Vida, siempre nos sorprende.
Pensaba que el hecho de ponerme oxitocina me haría sentir que aquello no era natural…pero lo fue…era mi parto…eran mis contracciones… estaba Llucia… estaba Antonio… Era hermoso y desgarrador a partes iguales.
Llucia me reconfortaba con su constante sonrisa que le quita hierro hasta a una contracción de oxitocina, ¡¡que se dice pronto!! Me daba masajes, me acariciaba, me susurraba… y yo, me dejaba hacer, rendida y agradecida… en ese momento tan ÚNICO.
Antonio también fue un «doulo» perfecto… me costó confiar en que así sería pero, me demostró una vez más, que su intuición está por encima de su razón.
Después de 10 horas de oxitocina y ya no con contracciones sino con una constante contracción y cero dilatación, decidimos ponerme la epidural para ver si mi cuerpo se relajaba y podía comenzar a dilatar… después de dos horas de espera, literalmente temblando constantemente y con apenas efecto de la epidural y cero dilatación, se decidió hacerme una cesárea de urgencia. Llucia, que me había estado agarrando durante esa contracción infinita se despidió para que pasara Antonio antes de irme al quirófano.
Hasta el inicio de la contracción sin fin, sentí mucha culpabilidad…de no dilatar… sentía que era responsable porque no lograba comportarme como un animal… sin pensar… sentía que el hecho de no dilatar era culpa mía… se que Llucia y las comadronas me decían cosas para consolarme… pero no recuerdo nada… solo la pena de sentirme responsable de ese fallo… Y resulta que es normal… llegué sin trabajo de parto, empezando de cero… así que es probable que pase lo que pasó, que no dilates… hice todo lo que estuvo en mis manos para no entrar en ese quirófano… para parir vaginalmente… porque parir, PARÍ…
Antes de entrar en el quirófano… la verdad… no estaba muy en mi cabales… lo recuerdo todo difuminado… recuerdo entrar… que me atasen… recuerdo decirles que en mi plan de parto pedí que no me atasen (¡¡fíjate tu!!)… recuerdo que me pedían que estirase las piernas pero la epidural no me había hecho el suficiente efecto… tenía demasiada oxitocina en el cuerpo así que sucedió la única situación para lo que no estaba preparada… anestesia general… Me desperté 4 horas después en reanimación… me apretaban el abdomen para detener una hemorragia… atonía uterina… dolor…contracciones… morfina… gente amable… dolor… no había espacio para pensar en nada más… para comprender qué estaba pasando, qué hora era… qué hacía allí… Las horas pasaron y después de ponerme una transfusión Antonio llegó… ¿Antonio?… no me había parado a pensar dónde estaba ni que había pasado, ni dónde estaba mi bebé… supongo que estaba en modo supervivencia.
Entonces me enseñó una foto de Candela… me dijo que era preciosa y que estaba bien… No sentí nada… gracias que no sentí pena… la que sentí cuando todas las drogas que me inundaban desaparecieron… la que sentí al darme cuenta de que no había estado allí para verla nacer… para no tener ese agujero en el parto…
Gracias que no tuve esos pensamientos cuando todavía estaba allí.
A las 5h de la mañana me subieron a la habitación y por fin la conocí… la olí, la toqué… mi querida Llucia estaba allí, por supuesto, acompañando a mi familia… a Antonio y a Candela… y acercándola a mi pecho en cuánto se pudo.
Mi pequeña se agarró con hambre y fuerza, la que luego nos ha enseñado un día tras otro que es «su manera»… entonces… me desconecté… me dormí con ella cerca de mi corazón, ahora al otro lado de mi piel…
Ojalá supiera escribir con palabras más certeras… más finas… más adecuadas para describir lo que ha sido esa vivencia para mi… si se que es lo más intenso y lleno de amor que he vivido en mi vida y mi parto, es mío… lo repetiría aún con todos los infortunios, porque es MIO, Candela es como mi ángel, salió de mi, por una puerta no esperada, pero su puerta, la que ella escogió… igual que unos meses antes de quedarme embarazada sentí que ya me había escogido… sentí que ya era mamá… me sentí en paz y entonces aterrizó…
Mi camino, nuestro camino ha sido más tranquilo y seguro gracias al acompañamiento de Llucia… figura que siempre estará en nuestras vidas por ello… Me dio siempre todo cuanto necesité, unas veces porque se lo dije y otras porque lo adivinó…
Testimonio parto con doula
acompañArte
Doulaje Stefania

Testimonio Stefanía, Nicolás y Leonardo (28/07/2018)

Stefanía es una mujer fuerte y con las ideas claras. Me acuerdo cuando tuvimos la entrevista y me contaba la clase de parto que quería y todo lo que se había preparado para ello, de su claridad y empoderamiento surgía un impulso de rechazar todo lo que viniera de parte de los profesionales sanitarios.
Como doula apoyo a cada mujer en su camino de maternidad pero, además, les recuerdo que es importante aprender a confiar en los profesionales que le atienden durante el proceso. Eso se puede hacer al mismo tiempo que siguen conectadas con sus propios instintos, sus propios deseos y sus derechos como usuarias, ya que es importante comprender que, a veces, es necesario que ellos actúen para que todo vaya bien para la salud materno-infantil. En la maternidad siempre hay que contar con un Plan A, B, C, D,… y todos los que haga falta.
La vida trae sorpresas y el parto de Stefanía fue de pródromos tan intensos que parecían parto y luego el parto fue largo, tanto en la parte que vivimos en casa como la que sucedió en el hospital, además de las dificultades añadidas del posparto inmediato. Así que tuvo que acceder a todos sus recursos internos y a toda la confianza en las personas que les rodeaban, que demostraron  su gran profesionalidad.
Fue un ejemplo de valentía y superación por parte de esta hermosa familia que se han quedado en mi corazón para siempre. Gracias por confiar.
Me había preparado bien para este momento tan soñado y esperado, tenía todo tan claro sobre lo que quería y lo que no, con mi plan de parto y mi convicciones. Pero el destino tenía planeado algo distinto, algo con lo que no había contado. Estuve soñando y concentrándome para tener este parto de la forma mas natural posible pero tuve que aprender una gran lección de humildad. En la realidad se hizo todo muy muy largo, tan largo que mi pequeñín nació sufriendo por tanta espera y tuvo que ser ingresado en la UCI neonatal más de una semana.
Fue muy importante para mi tener a mi doula Llucia, acompañándome en todo este tiempo. Fue un alivio tener una persona al lado que supiera lo que necesitaba sin tener que pedírselo, desde las necesidades más básicas como tener sed o calor, hasta  tranquilizar a mi familia para que no hubiera estrés en el aire. En estos momentos tan largos y a ratos pesados, sabía que podía contar con ella y todo se me hizo más liviano y soportable. Después del parto también su buena energía nos ayudó a tener una buena lactancia que todavía disfrutamos. Tuvimos también la suerte de encontrar en el hospital una muy buena matrona con la que hicimos buen equipo, permitiendo estar dentro de paritorio tanto a la doula como a mi pareja, esto para mi fue muy importante.
Agradezco que todo al final se quedó solo en un susto, mi baby es una pelotita de amor, lleno de energía y alegría.
Agradezco mucho la ayuda y el soporte que tuve por parte del personal sanitario de Son Llàtzer .
Agradezco a Llucia su presencia, su buena energía, su paciencia, su Ser.
Las personas se cruzan en el camino siempre por una razón, no tengo duda.
Ahora sigo disfrutando de la alegría de la vida que es maravillosa.
Stefanía

acompañArte

Testimonio Nataly, Max y Selena (02-06-2108)

Cuando Nataly vino a casa para conocernos, informarse sobre mi trabajo como doula y de la posibilidad de parir en casa… en realidad ella ya sabía todo. Hay mujeres que se nota enseguida que tienen trabajo personal hecho y es suficiente con escucharlas desde el corazón y mantenerse cerca, para que encuentren fácilmente su camino.

Recuerdo que tomó sus decisiones de forma rápida y las mantuvo a lo largo de todo el proceso. Su parto fue potente y cuando estaba inmersa en el Planeta Parto le salían unos cantos muy bonitos y personales, alguno lo grabé porque sabía que luego ni se acordaría de esos sonidos que emitía. Su expulsivo, además de potente, fue largo y su rostro reflejaba la determinación, más allá del miedo, más allá del tiempo, más allá del dolor… al nacer Selena supimos porqué fue tan costoso, venía con una manita en la cabeza y eso hacía que fuera más difícil descender.

Todo fue precioso en el parto de Nataly, además de intenso, cuando a primera hora de la mañana salí de su casa, tomé la decisión de irme de excursión por una zona muy cercana de montaña y bosques de encina, seguía pletórica de energía y oxitocina, fue el remate perfecto para una noche muy especial. Y más tarde, el descanso merecido.

 

Conocí a Llucia  cuando estaba de 27 semanas. Necesitaba una doula, un pilar en esta aventura tan nueva, desconocida e intensa. Me acuerdo que al salir de su casa me sentía empoderada y con una sensación de que todo está bien y va a salir bien. ¡Agradezco cada una de sus palabras sabias!

Y ya ha llegado la hora… después de 40 semanas y 5 días de espera, estaba a punto de tener la cita más importante, una cita con mi hija y una cita con la VIDA. Me es muy difícil poner palabras a esta experiencia..

Ya en las últimas semanas de embarazo sentía mucha claridad y muchas ganas del parto. Como algo desconocido y misterioso lo veía como una oportunidad de anclarme más a la vida. Y no me equivoqué…  Con cada contracción se iban las nociones del tiempo, los pensamientos… solo existía el presente. Me acuerdo de las contracciones, pero sobre todo de los descansos entre ellas. Estos momentos de alivio y de tomar fuerzas y decirme a mi misma: ¨Venga, una más, sí que puedes!¨  Me acuerdo que realmente no tuve que hacer nada, era como si todo se hacía solo y no había manera de controlarlo, frenarlo o huir… Una fuerza inmensa que abría mi cuerpo y mi Ser y el latido del corazón de mi hija. Lo único que me quedaba era cantarlo y respirar. Me acuerdo que en ningún momento estaba sola y que sentía mucho cariño y respeto de parte de todos. ¡Es algo que me emociona hasta ahora! ¡Que bonito fue estar en casa y con las personas en las que confío!

Tuve momentos de pánico y preocupación pero gracias a la experiencia y la confianza del increíble equipo de Mikel y a mi marido, que empujaba conmigo, Selena estaba en mis brazos el 2 de junio a las 06:54h de la mañana…

La experiencia me llevó a tocar mis límites y sobrepasarlos con mucha intensidad y la ayuda de los mejores acompañantes de mi parto: Llucia, Cristina, Mikel y mi marido Max. Voy a repetir siempre que lo mejor del parto para mi es que se acaba. Pero solo por esto volvería a vivirlo otra vez y no cambiaría absolutamente nada.

¡Sigo enamorada de mi hija, de mi pareja y de la vida misma! Y si, también enamorada del parto, porque me ha recordado la profundidad y grandeza que tiene la vida.

¡Nunca he sentido tanta PAZ, amor, humildad y confianza!

¡Gracias Gracias Gracias!

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Testimonio Nadia, Ben y Osiris (1-05-2018)

Nadia llegó a mi por recomendación de una amiga suya que estaba muy contenta con mis servicios, es bastante común que el boca a boca sea la mejor correa de transmisión y que en grupos de mujeres afines acabe siendo la doula y/o la terapeuta de la mayoría de ellas a lo largo de los años. No hay como unas palabras desde el corazón, explicando una experiencia tan íntima y lo que significó para ellas mi acompañamiento, para «sentir» que eso es lo que quieren para su maternidad.

Como explica Nadia, es increíble como la comunicación se produce más allá del idioma que cada una habla normalmente, la relación mujer/doula es tan potente que se engarza más bien en la energía, las miradas y el contacto… con todo ello se produce una alquimia que facilita transitar la intensidad de convertirse en madre como algo sagrado, potente y reparador.

Aunque durante el embarazo solemos hablar de que en la maternidad hay que estar preparadas siempre para diferentes planes, para aceptar lo que la vida trae, es difícil para una mujer tener que cambiar del deseo de parir en casa… a la necesidad de acudir al hospital, inmersa ya en el proceso de parto, aunque no sea una cuestión urgente. Nadia fue muy valiente, porque a eso tuvo que añadir que el protocolo con aguas teñidas es de acelerar el proceso con oxitocina, algo que aumenta la sensación de las contracciones a unos niveles que para sostenerlo se requiere mucha entereza.

Fue increíble, debido a las circunstancias cuando entré en paritorio Nadia ya estaba en pleno apogeo, en aquel momento una parte de ella aún intentaba asimilar las nuevas circunstancias, mientras su cuerpo no le daba tregua… nos fundimos en un abrazo, le recordé (más con gestos que con palabras) que también en el hospital podía disfrutar su parto y vivirlo desde la Loba que ella es. Desde ahí fue fluyendo todo de forma rápida, con Nadia en el Planeta Parto, su pareja cerca de su corazón y ayudando desde el mejor lugar, las matronas aportando su control del bienestar materno-fetal y aceptando que estuviéramos todos juntos en paritorio apoyando el precioso nacimiento de Osiris.

Nadia es bella por dentro y por fuera, más allá del parto hay una bonita complicidad de tribu con ella y sus amigas del alma en tierras mallorquinas, todas son mujeres poderosas, de algunas hablaré pronto, aquí os dejo con las palabras de Nadia:

 

Así que encantada de compartir mi experiencia de nacimiento aquí, la presencia de Lucía, la sabiduría, la sanación y sus conocimientos me proporcionaron una comodidad y paz completa desde el momento en que nos conocimos. Enraizada en la tierra, Lucía es una poderosa madre de la tierra con un gran corazón, desde donde nos conectamos más allá de nuestra barrera del idioma.

Planeamos tener el nacimiento en casa, con esto en mente no habíamos preparado mucho más allá del espacio.

Mi compañero y yo pasamos nuestros últimos momentos en casa plantando semillas en la naturaleza para los próximos meses.

Sintiéndonos muy conectados con la atracción de la luna, decidimos dar la bienvenida a nuestro hijo Osiris con una ceremonia de luna llena 6 días antes de mi día esperado. Fue la noche siguiente, soñando bajo la luz de la luna luminosa que inunda la ventana de nuestro dormitorio que me desperté con un movimiento giratorio seguido de un chorro de agua liberada. Entusiasmada, desperté a mi compañero, me puse de pie y el agua siguió fluyendo. Llamamos a nuestra matrona, ya que a medida que pasaba el tiempo, mi compañero notó una ligera coloración … que sabíamos era una indicación para ir al hospital. Completamente desprevenidos, llenamos el coche de cosas como si nos estuviéramos mudando de casa, cogimos la funda de la silla de coche de nuestro bebé del tendedero, que aún se estaba secando, y condujimos casi una hora a Inca desde nuestro pueblo de montaña.

Elegimos el hospital de Inca ya que son pro naturales y menos propensos a intervenir innecesariamente. Estuvimos muy contentos con el equipo y no puedo agradecerles lo suficiente por permitir que tanto Lucía como mi compañero Ben estuvieran juntos en paritorio durante todo el proceso del nacimiento. A pesar de la pequeña dosis de oxitocina que se necesitaba debido a la coloración del líquido amniótico, realicé un parto natural con la ayuda de Lucía, que llegó en el punto más crucial, cuando sentí que no podía continuar … ella me tomó en sus brazos y me guió a través de las etapas finales más críticas, conectadas de corazón a corazón. Aunque no recuerdo las caras y los detalles, ya que estaba muy en mi espacio interior, recuerdo la presencia, el apoyo y el amor que rodearon todo el trabajo de parto.

Fue un parto bastante corto con solo unas pocas horas en la sala de partos, pero cuando estas en el “planeta parto”, el tiempo se vuelve completamente intrascendente.

Sostener a nuestro hijo Osiris en nuestros brazos por primera vez es una sensación de pura euforia y amor divino. Presencia y unidad completa.

Lucía, te damos gracias de todo corazón y estamos eternamente agradecidos por tu presencia en la sala de parto y toda tu sabiduría y apoyo antes y después del nacimiento. Si hay una solicitud que quisiera llevar a cabo en mi próximo nacimiento es la presencia de Lucía en el parto y sus poderosos tratamientos de osteopatía en el embarazo, que mantuvieron mi cuerpo alineado, relajado, abierto y conectado… gracias.

Nadia y Osiris

Texto original de Nadia:

So delighted to share my birth experience here, Lucía presence, wisdom, healing, and knowledge provided total comfort and peace from the moment we met. Rooted to the earth Lucia is a powerful earth mama with a big heart, from where we connected beyond our language barrier.
We planned to have the birth at home, with this in mind we had not prepared much beyond the space and alter.
My partner and I spent our last moments at home in nature planting seeds for the months ahead.

Feeling very connected to the pull of the moon, we decided to welcome our son Osiris in with a full moon ceremony 6 days prior to my expected day. It was the following evening, dreaming under the luminous moon light that floods our bedroom window that I awoke to a swiveling motion followed by a gush of water releasing. Excited I woke my partner, stood up and the water continued to flow. We called our midwife, as some time passed my partner noticed a slight discoloration. Which we knew as an indication to head to hospital. Completely unprepared we packed the car like we were moving house, pulled the car seat off the washing line which was still wet and in pieces, and drove almost an hour to Inca from our mountain village. We chose Inca as they are pro natural and less likely to intervine unnecessarily. We were really pleased with the team, and cannot thank them enough for allowing both Lucía and my partner Ben in the room together at the time of birth. Despite the small dose of oxitocin that was required due to the discoloration of my water, I performed a natural birth with the help of Lucía who arrived at the most crucial point, when I felt I could not continue. She took me into her arms and guided me through the final most critical stages, connected heart to heart throughout. Although I do not remember faces & details as I was very much in my inner space, I remember the presence, support and love that surrounded throughout the labor.
It was a fairly short labour with only a few hours in the labour room but when in the birthing zone time becomes completely inconsequential.

Holding our son Osiris in our arms for the first time is a feeling of pure divine euphoria & love. Complete presence and oneness. Lucía we thank you with all our hearts and we are eternally grateful for your presence in the labour room and all your wisdom and support prior and after the birth. If there’s one request I would carry through to my next birth it’s having Lucía’s presence at the birth & her powerful osteópata treatments before which kept my body aligned, open & connected. We thank you.

 

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Testimonio Lila, Adrián y Lou (30-05-2018)

En mi primera entrevista con Lila fue muy evidente que solo necesitaba que alguien le hablara de corazón a corazón, que le explicaran cuanto Poder hay en un parto y abrirse a la posibilidad de conocer profesionales que atendieran sus necesidades y respondieran con empatía a sus preguntas.

Al acabar nuestra conversación le había cambiado la cara, de estar perdida y desconectada, pasó a tener una energía muy luminosa y una gran ilusión por vivir con consciencia lo que le restaba del embarazo y, por supuesto, su parto.

Supo encontrar muy rápido lo que toda mujer lleva dentro: fuerza, conexión, poder,… dio los pasos necesarios, enfiló su atención, se relajó en la confianza en su cuerpo y en su intuición. Llegado el día todo sucedió de forma muy fluida, nos acompañaba una gran Luna Llena que fue muy especial para mi porque me pasó algo inusual, tuve dos partos seguidos con tan solo dos horas de descanso entremedio que fueron preciosos, uno en casa y otro en Hospital ¡justo era el Día Mundial de la Doula! y aquí conté mi experiencia.

El parto de Lila fue potente y muy intuitivo, hicimos un gran equipo entre todos los profesionales implicados, trabajando con complicidad y respeto mutuos: matrona, ginecólogo y doula. Las diferentes etapas del proceso del parto fueron solventadas paso a paso, tal como en una maratón (símil muy utilizado por las mujeres que son deportistas), donde la madre nunca sabe hasta donde será capaz de llegar, pero se centra en estar presente y transitar la experiencia. Eso acaba concediendo un Gran Poder Interior.

Aquí lo cuenta Lila con sus propias palabras:

 

Conocí a Llucia en la semana 28 de mi embarazo. Ella me llego como un ángel que Dios manda para responder a las oraciones mas profundas del corazón.

Hasta conocer a Llucia no había logrado encontrar mi camino hacia la maternidad, la verdad es que como primeriza el aspecto que me provocaba mas temor era el acto de parir…tanto que en algún momento incluso consideré la cesárea como una alternativa. Los profesionales médicos de dos hospitales diferentes hicieron poco para calmar mis ansiedades y encontré un gran vacío en el apoyo emocional y espiritual.

Cuando encontré la pagina web de Doulas MAM Mallorca, inmediatamente tuve la sensación que estaba tocando en la puerta correcta. Desde el comienzo tuve correspondencia con Llucia y después de una visita ella me pudo resolver las dudas, y como si tuviese un espejo en la mano me permitió ver dentro de mi misma, inspirando en mi una confianza, un amor y un poder dormido. Me encontré sin temores y con mucha confianza e intuición sobre mis capacidades naturales. Tomé la decisión de que Llucia fuera mi doula y como tenía un embarazo sin complicaciones decidí que quería un parto natural en el agua.

Con solo diez semanas de preparación, encontré mi camino. Mi doula me pudo recomendar un tremendo equipo y con su orientación una nueva clínica, me pasó el contacto de una fantástica terapeuta del suelo pélvico y de un obstetra de la Policlínica Miramar que supo responder a mis preguntas y necesidades.

Cuando llegó el momento que mi hija quiso salir al mundo, coincidimos con el amanecer después de una luna llena. Mi doula justo salía de otro nacimiento cuando la llamé, como en ese momento estaba solo comenzando las contracciones quedamos en que le llamaría mas tarde para informar como progresábamos. Hacia el medio día comenzaron a aumentar las contracciones y Llucia llegó a mi casa en 20 minutos, llena de energía. De ahí casi inmediatamente salimos al Hospital por mi voluntad y cuando llegamos me informaron que solo estaba dilatada de 1 cm. ¡Me querían mandar de vuelta a casa! En este momento Llucia se puso a hablar con la matrona y no se como consiguió que nos dejaran quedar una hora para ver si progresaba más o menos rápido. Con el apoyo de Llucia logré dilatar 2 cm más en esa hora y siento que fue gracias a la comunicación y la conexión que yo sentía con mi Doula. Ella respondió en ese momento como si me estuviera cargando, me estaba apoyando permitiendo que mi mente, emociones, cuerpo y alma se rindieran al acto de parir.

Tuvimos momentos donde el parto se frenaba y no dilataba más, en esos momentos mi doula supo que masaje emplear, que música poner y como guiar la experiencia para que yo me relajara. En total desde la hora que llegó Llucia hasta que nació mi hija estuvimos nueve horas. Siento que gracias a su apoyo, mi hija y yo pudimos superar las pausas de progresión en el parto y conseguir mi deseado parto en el agua.

Parto Lila bañera 400 px

Después del nacimiento de mi hija, Llucia estuvo ahí para ayudarme con la lactancia y tres días después cuando me subió la leche ella estuvo para orientarme y animar una buena relación de lactancia entre mi hija y yo. Ahora ha pasado las semanas y yo puedo disfrutar mucho de mi hija y de nuestra conexión.

Siento que lograr tener el parto de mis sueños me ha puesto en una posición favorable para conectar con mi hija y hacer la transición de mujer a madre llena de mucho amor, confianza y por supuesto ¡oxitocina!

Parto Lila y Adrián

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Testimonio Diana y Valentina (25-04-18)

Cuando Diana vino a hablar conmigo me encontré con una mujer que estaba un poco «perdida» y, sobretodo, que estaba sola. La maternidad es una gran transformación que requiere puntos de apoyo externos para poder afrontar las inseguridades que se despiertan, en su caso se añadía que era madre soltera a pesar de que en principio tener un hijo había sido un proyecto común con el padre de su hija.

Me sorprendía el coraje con el que llevaba su situación, físicamente estaba muy bien, pero emocionalmente vivió un embarazo muy difícil. Pudo contar con la ayuda de un grupo de mujeres con el que se reunía cada semana, tuvo su pequeña tribu que fue de gran apoyo mientras iba avanzando la gestación, preparándose para el gran momento.

Diana y amigas 500px

Vino a verme con su madre, que también es un gran pilar para ella, especialmente ahora que está criando a su hija. Diana y yo conectamos enseguida y vio muy claro que quería contar con una doula para sentirse acompañada de forma cercana y para poder tener su parto consciente y sin epidural, en la medida de lo posible.

Yo le ofrecí poder contar también con una doula en prácticas y así fue como conoció a Camila, también conectaron muy bien y tuvo su ayuda en diversos momentos del proceso de parto, fue un nacimiento precioso entre mujeres.

La matrona del hospital tuvo un trato muy respetuoso y colaboró con sus sugerencias para que Diana tuviera el mejor parto posible. Ella entró tan profundamente en el Planeta Parto que ni sabía lo que estaba pasando, recuerdo que cuando tenía 2 cm de dilatación la matrona le explico que aún no estaba de parto… y varias horas más tarde, cuando ya estaba de 8 cm, Diana me pregunto que cuando iba a ponerse de parto…¡se creía que aún estaba con pródromos, a pesar de la intensidad de lo que estaba viviendo! Mostró gran coraje y valor todo el tiempo, probablemente el parto fue más duro debido a que Valentina venía mirando hacia delante y eso dificultó su descenso por el canal de parto, pero ella sostuvo con mucha entereza toda la experiencia.

No deja de sorprenderme lo que Diana es capaz de hacer siendo madre: alimentar a su hija, encajar su realidad cotidiana, llegar a acuerdos con el padre de su hija que no perjudiquen la lactancia y que permitan el vínculo padre/hija, bregar con leyes absurdas….¿de verdad alguien cree que un recién nacido puede estar tres horas sin comer, mientras está intentando crecer y adaptarse a la vida fuera del útero?.

Falta sentido común en la política y en las leyes, además de profesionales que sepan de los derechos del recién nacido y de como funciona la biología. También faltan políticas que prestigien la maternidad y la protejan durante los primeros años, así como sucede sobretodo en el norte de Europa, donde hay países que cuentan con bajas maternales mucho más largas que en España.

Mientras tanto aquí va el testimonio de la experiencia de parto con doulas, contada por su protagonista:

Todo empezó cuando una hermosa mujer me recomendó que contactara con Llucia Mir para que como doula me acompañara en la etapa final de mi embarazo y parto, me dijo: «es la mejor inversión que puedes hacer, no te vas a arrepentir» y ¡cuanta razón tenía!.

Llucia, desde la primera vez que nos entrevistamos una a la otra, me dio mucha seguridad pues yo tenía muchas dudas como madre primeriza y con conciencia de querer hacer las cosas lo más natural posible, me dio información útil que yo le solicité, para prepararme para el parto, la lactancia y otras cosas de interés para mí.

Como doula estuvo siempre atenta y pendiente de mi, me abrió el abanico de posibilidades para que yo escogiera, estuviera bien y me enfocará en lo importante, mi bebé y mi parto.

El día del parto llegó y me inyectó paz y calma con tan solo abrazarme, luego las contracciones se llevaban mejor con sus masajes en la espalda, me sugería diferentes posiciones para mi descanso mientras continuaba el trabajo de parto, siempre respetando el ritmo  que llevaba mi parto.

Camila vino con ella, es una aprendiz de doula que Llucia tuvo la intuición de que nos acompañará en mi parto y fue muy acertada pues me aportó más cariño, fuerza y ternura al trabajo de parto, estuvo también pendiente de cubrir mis necesidades inmediatas, dándonos apoyo y fuerza, tanto a mi como a mi madre, ya que ellas estuvieron juntas buena parte del tiempo mientras esperaban fuera de paritorio.

Diana y Camila 500px

Ya en el hospital nos quedamos solas ella y yo, pero yo estaba tranquila porque Llucia en todo momento mantenía informada a mi familia, pero siempre primero pendiente de mí y mis necesidades, en esos momentos sientes tanto la contracción que no escuchas lo que te dicen, pero me hacía llegar su apoyo ya sea con caricias, miradas o atenciones.

Una de las cosas que más valoro es que Llucia sabía todo lo que yo quería para mi parto y para el recibimiento de mi bebe pues juntas miramos el plan de parto que elaboré de forma personalizada, así que cuando yo ya estaba en el «Planeta Parto» como dice ella,  mi doula era el hilo que me mantenía conectada a la realidad y el cumplimiento del mismo.

Y de lo que más me siento afortunada de tenerla en mi parto es por la oportuna ayuda que me dio a la hora del expulsivo, por un lado mi bebé no bajaba y la bolsa del líquido amniótico no se rompía, cuando al fin se rompió y todo se aceleró, junto a la comadrona me ayudaron a colocarme en una postura cómoda y segura para mi bebé (tumbada de lado), yo ya estaba muy cansada después de 10 horas de trabajo de parto, Llucia tuvo la gran visión de ayudarme con la pierna de arriba moviéndola de tal forma que me ayudaba a aliviar la contracción y a abrir más la pelvis al mismo tiempo que yo empujaba a mi bebé, fue maravilloso pues así el expulsivo duró menos. Por otro lado, en esta fase la matrona me daba instrucciones que yo no entendía, como que dejara de pujar y en mi cabeza me decía ¿porqué voy a dejar de pujar? Justo antes de preguntar nada, se acercó Lucía a mi cara y me explicó que se trataba de evitar que se rompiera el periné, eso me ayudó a estar más tranquila, segura y atenta a las indicaciones para así conseguir desgarrarme menos.

Gracias al apoyo y compañía de Llucia en mi parto tengo la fortuna de recordarlo con mucho cariño pues yo estaba conectada de lleno con mi bebe y ella se encargaba de lo demás, cuando yo ya disfrutaba de mi bebe en brazos siguió junto a mi durante el tiempo de espera para que saliera por sí sola la placenta y luego guardarla para llevarla a casa, tal como lo decía mi  plan de parto. A la hora de la lactancia materna también fue muy importante y como doula estuvo ahí con sus sugerencias y apoyo, al día siguiente se pasó a vernos y hasta la fecha sigue pendiente de nosotras.

Llucia apareció en el momento justo de mi vida cuando necesitaba apoyo y cariño, contar con mis dos doulas me ayudó a disfrutar de ese momento tan especial y con tantas emociones juntas, por todo ello les estoy muy agradecida y me siento afortunada de contar con la fuerza de estas hermosas mujeres: Llucia y Camila ¡Gracias!

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