Doula y mujer de parto

Doulas en paritorios: Spain… «is different»

En el año 2008 me formé como doula en Barcelona, con mis compañeras Cristina y Magda, desde entonces ejerzo en Mallorca acompañando a mujeres y sus familias durante las diferentes etapas de maternidad con apoyo emocional continuo, información y ayuda práctica, en hospitales públicos, privados y partos en casa. Mi trabajo complementa el de otros profesionales que están alrededor de las mujeres durante estas etapas: ginecólogas, comadronas, pediatras, fisioterapeutas del suelo pélvico, hipnoterapeutas, profesoras de yoga,… Las mujeres se informan y, desde su libertad, escogen qué servicios les ayudan a tener una experiencia de maternidad positiva.

Con respecto al parto, la OMS (Organización Mundial de la Salud) en el año 2015, estableció como recomendación “fuerte” el “acompañamiento continuo durante el trabajo de parto para mejorar sus resultados”, con base en los beneficios demostrados por la evidencia disponible durante muchos años, calificando el acompañamiento de medida “costo-efectiva” y haciendo hincapié expreso en el hecho de que “la evidencia respalda el uso de cualquier tipo de compañía culturalmente apropiada, incluyendo el marido y profesionales legas, como doulas”.

En estos últimos 15 años, trabajando en la isla de Mallorca, he vivido la evolución del trato a las mujeres dentro del sistema sanitario, con una nueva consciencia de los cuidados, además de mayor visibilidad y un rechazo, cada vez más generalizado por todos los estamentos, de la Violencia Obstétrica.

Y, aunque quedan muchas cosas por mejorar, se han ido incorporando toda clase de cambios en las relaciones entre profesionales sanitarios y usuarias, tanto en las consultas de embarazo, como en la atención al parto, al posparto o a las dificultades de lactancia. La vieja mentalidad se ha ido modificando, los protocolos adaptándose, las formaciones a los profesionales modernizándose, las mujeres han hecho sentir su voz a través de los planes de parto o escogiendo para parir los hospitales que respetaban más sus preferencias de forma real, y no de boquilla.

Han ayudado una mezcla de factores: nueva información de evidencia científica, el empoderamiento de las mujeres para exigir sus derechos, el sentido común, observar qué actitudes respetan la fisiología (lo que la naturaleza tiene previsto para el buen funcionamiento de los procesos), las consecuencias positivas cuando se protege la fisiología, la modernización de los espacios y las actitudes: luces tenues, bañeras para parir, herramientas naturales de ayuda para el dolor antes de ofrecer la epidural, explicar a las madres lo que se lleva a cabo y pedir su consentimiento,…

Dentro de esta transformación estamos las doulas, aportando nuestra atención personalizada. Como doula me escoge cada familia y me expresan sus necesidades, preferencias y deseos. De hecho, cuando una madre es apoyada de forma continua, se favorece una experiencia positiva de parto, incluso cuando las cosas no son cómo esperaba. Esto está reflejado en estudios científicos: ...«La evidencia sugiere que, además de la atención de enfermería regular, el apoyo emocional continuo e individualizado brindado por personal de apoyo, como una doula, se asocia con mejores resultados para las mujeres en trabajo de parto». Pero, sobre todo, y aún más importante, está reflejado en los múltiples testimonios de madres que me escogieron como doula. 

En los países del centro-norte de Europa y del mundo anglosajón en general, tienen asumido la importancia de que la madre escoja quién quiere que le acompañe durante su maternidad y, de forma especial, durante su proceso de parto. Se sabe que el parto es una de la experiencias más intensas, profundas y transformadoras para las mujeres, es un umbral que la pone a prueba en todos los sentidos: física, mental, emocional e, incluso, espiritualmente.

Es común que dentro de los paritorios de los países en los que España se mira para aprender a hacer las cosas mejor, la mujer pueda estar con su pareja, su doula, su madre o un hermanito mayor, en todo caso, las personas que ella sienta que le apetece tener cerca. En algunos lugares pueden llegar a poner algún límite, por cuestiones prácticas, pero seguro que incluyen, como mínimo a dos personas acompañantes. En otros lugares, pueden dejar entrar en paritorio a toda una congregación religiosa, afín a la familia.

Pero «Spain… is different». En los paritorios de España aún predomina una mentalidad de control e infantilización que hace que se les diga a las madres que SOLO PUEDE TENER UN ACOMPAÑANTE DENTRO DE PARITORIO. En el mejor de los casos, le permiten que se turnen (el mínimo de veces posible) dos personas. En algunos hospitales, solo dejan que una persona puede estar con ella de principio a fin. Las razones que dan para ello son totalmente incongruentes con las directrices de la OMS, los deseos de las madres y el sentido común más básico.

Algunas de las increíbles razones que les dan a las mujeres para no dejar pasar a su doula, junto a a su pareja, dentro de paritorio: «Las doulas no están contratadas por el hospital» (no compete, ni le importa al hospital, si la persona que acompaña a una mujer es familia suya, es una amistad o está contratada); «No caben más personas en el paritorio» (en realidad, eso solo era cierto en algunos paritorios antiguos de hospitales privados pequeños, que incluso ahora han cambiado); «Si dejo ahora que pasen dos personas, me lo pedirán más mujeres» (con toda razón y derecho); «Lo dice el protocolo» (que en ningún caso son de obligado cumplimiento, solo son directrices); «Lo dice mi coordinadora, lo dicen mis compañeras, lo dicen los médicos,…» (es una manera muy burda de evitar tomar responsabilidad); «Yo estoy de acuerdo, pero si dejo entrar a dos personas, mis compañeras me riñen» (y entonces, ¿Quién defiende el derecho de las mujeres?); «Cuando me niego a dejar a entrar dos personas quedo como la mala y, en realidad, solo estoy cumpliendo órdenes» (¿y si las órdenes son absurdas, también las cumplimos?); «Las doulas son peligrosas» (las malas praxis solo las pueden cometer personas concretas, no una profesión entera. Y siempre se debe denunciar, tenga la profesión que tenga. Y hay que aportar pruebas, no habladurías); «Las doulas cometen intrusismo» (eso solo es cierto si una doula dice que es comadrona, llevando a engaño a la cliente, entonces sería denunciable. Pero el trabajo de la doula es complementario a otras profesiones y llevarlo a cabo NO es intrusismo)…

Cuando una mujer contrata a una doula, sabe perfectamente cuáles son sus funciones y, si tiene dudas, la propia doula se las aclara. También sabe que la doula no es personal sanitario y cuáles son las diferencias con respecto a otros profesionales que le atienden. ¿O es que ahora vamos a creer que las mujeres son tontas y no saben lo que quieren o en que se gastan el dinero?.

Y lo más increíble de la situación es que, al menos en Mallorca, hay honrosas excepciones, yo he estado en multitud de partos dentro de paritorio junto a la mujer y su pareja, en perfecta armonía y colaboración con los otros profesionales…. pero, resulta que depende de la voluntad de la matrona que atiende a la madre que además, en algunas situaciones, se juega el reproche de compañeras o las coordinadoras que niegan a las madres sus derechos más básicos.

Se produce el absurdo de los protocolos obsoletos españoles: la mujer crea un vínculo profundo con su doula durante el embarazo, un día se pone parto y desde el inicio la doula le acompaña, junto a la pareja (cuando la hay) en una danza sagrada… Toca el momento de ir a paritorio y no se sabe qué puede pasar: «depende de quién te toque», una clase de incertidumbre que perturba la tranquilidad de la mujer de parto.

Las mujeres extranjeras es algo que no entienden y se indignan. Las mujeres españolas están más acostumbradas, pero también se indignan. Sienten que les hacen tomar una decisión que les desgarra el corazón en un momento muy intenso y vulnerable, a pesar de que están avisadas con antelación de esta posibilidad, por la propia doula.

Las direcciones de los hospitales, sean públicos o privados, así como los profesionales sanitarios, sea cual sea su cargo, tienen que entender que todas las excusas que se puedan inventar para impedir el derecho de las mujeres de estar acompañadas de quiénes ellas quieran, solo expresa que aún no han comprendido que LA PROTAGONISTA DEL PARTO ES LA MUJER Y SU BEBÉ. Que el verdadero cambio de concepción se dará cuando esto se anteponga a cualquier otra consideración.

Acabará llegando, como ya ha llegado en otros lugares avanzados del mundo y retrasarlo, es otra variedad de Violencia Obstétrica.

Las mujeres tenemos mucho poder cuando expresamos en voz alta lo que queremos. De hecho, todo lo conseguido se deriva de las voces de tantas mujeres que nos precedieron.

Hago una propuesta a todas las mujeres: cuando atraviesas tu maternidad y eres atendida por los diferentes profesionales e instituciones, DEJA CONSTANCIA.

Lo primero de todo AGRADECER de corazón y personalmente a cada persona que te ofreció unos servicios íntegros y humanos, animándola así a seguir en su línea de actuación y reconociéndole su buen hacer. Por eso mismo, también puedes hacer un escrito explicando tu gratitud y se lo haces llegar a la institución que la tiene contratada, a través de «Atención al Paciente».

Lo segundo QUEJARSE, de forma escrita y argumentada, de aquellas actuaciones que no fueron correctas, expresando además, cómo se vivieron y las consecuencias que tuvieron en la percepción de la vivencia. Todo ello presentado en «Atención al Paciente» del lugar donde ocurrieron los hechos.

Imaginemos cuanta información valiosa y de primera mano, podrían tener las instituciones de quiénes verdaderamente son y deben ser las protagonistas: LAS MUJERES.

Por todo ello, espero el día que España deje de ser diferente y se permita a las mujeres

la libertad de escoger quién quiere que le acompañe dentro del paritorio,

y todos los profesionales que le atienden respeten sus derechos y decisiones.

 

 

 

Un viaje experiencial hacia el masaje tántrico

El «Viaje de Brahma y Sarasvati” es un viaje experiencial, que hemos creado mi compañera Maytechu y yo, donde el Sadhak (quién recibe el masaje), durante cuatro sesiones progresivas, se va convirtiendo en Daka (en masajista), con el acompañamiento de nosotras como Dakinis (masajistas guías), para integrar de forma práctica, las herramientas de un auténtico masaje tántrico. No se trata de un aprendizaje para dedicarse de forma profesional sino, más bien, para aplicar lo aprendido en el ámbito de la vida personal e ir profundizando en las llaves tántricas.

En este caso el Sadhak es un hombre que ya lleva cierto recorrido con nosotras y que ha querido ir más allá, el trabajo previo le ha ayudado a comprender, sentir y vivir,… la dimensión de entrar al “momento presente” con todo tu Ser para crear la “danza del masaje” con otra Dakini. Y, tal como él mismo dice, fue espectacular. Una comunión con la Vida.

Delante de esta experiencia nosotras solo podemos decir: GRACIAS por la confianza y la entrega.

 

 Cuatro manos y dos almas, al servicio de la magia”  

Última sesión del viaje.

Llego a casa aún sudoroso, y eso que me he duchado, aún me tiemblan las piernas.

Hacer “El Viaje de Brahma y Sarasvati” ha sido la experiencia más enriquecedora y gratificante qué he experimentado desde que empecé en este mundo tan amoroso de dar y no esperar nada a cambio.

El viaje, desde el primer día, fue espectacular, una experiencia totalmente recomendable, además ninguna de las cuatro sesiones ha sido igual.

Yo lo he vivido  intensa y placenteramente, además de muy conscientemente. Cuando conseguí la combinación tacto-mente fue una sensación indescriptible, ¡hay que vivirlo!.

Con muchas ganas de seguir adentrándome en este mundo.

Dar las GRACIAS A MIS DIOSAS Y UN MEGA ABRAZO.

J.C.

 

El amor cura las heridas en el masaje tántrico

Entre las múltiples experiencias interiores que podemos tener durante un masaje tántrico, está la de recordar antiguas experiencias dolorosas que han dejado una impronta en nuestro cuerpo físico y en nuestro cuerpo emocional. En el estado de pura conexión con quién somos en realidad se puede dar la alquimia de, en vez de sufrir por ello, sanarlo a través del amor. Entonces, la ligereza y la gratitud ocupan, de forma nueva, ese espacio de dolor.

Hace unas semanas recibí por primera vez un masaje tántrico. No tenía nada claro lo que era.
Grata sorpresa la mía, ya que fue una experiencia dimensional en la cual reviví malos momentos, no muy agradables, de mi infancia, como una observadora y, sólo puedo decir, que lo pude mirar con amor. En esta experiencia mi conclusión fue GRATITUD POR QUIEN SOY.

C.

 

Familia (de sangre)… no hay más que una

Tengo una Gran Familia que gira alrededor de mi madre «la matriarca» (92 años) y mi padre «el patriarca» (94 años).

Somos mallorquines, con ese punto siciliano que da ser mediterráneos y de una isla. Mi madre una auténtica “madona”, mi padre un auténtico “diplomático” de corazón. Predomina en los miembros  de la familia una extroversión «xerradora» y sarcástica que a los que son introvertidos, no les queda más remedio que aprender a meter baza, si quieren participar de la bulla.

Nos gusta reunirnos alrededor de una mesa, compartir buena comida y en los postres cantar los famosos “popurrís” de música popular que creó mi padre cuando éramos niños y que todos los miembros nos sabemos de memoria, incluso los que la han perdido, y hasta las más pequeñas de la familia, sus tres bisnietas.

Todos juntos hicimos un curso de “Crecimiento familiar” que duró 25 años, mientras criábamos a nuestros hijos en formato tribu. Consistía en un encuentro de todos los miembros de la familia durante el agosto en una casa de verano. Bajo el talante de los «abuelos», la estrecha convivencia de cuatro familias al completo y en extensivo, ponía muchas veces a prueba… la paciencia y la tolerancia, pero nunca faltó el Amor ni el sentido del humor.

Estamos hablando de un promedio de entre doce y dieciocho personas, según los diferentes momentos de la vida (desde los nacimientos de los hijos, hasta las diferentes parejas de los adolescentes y luego adultos). Como es natural, cada persona con criterio propio y fuerte personalidad. Toda la organización tenía su punto de «cuartel»: hacer la lista de la compra, ir a comprar, hacer la comida, recoger todo, mantener cierto orden y limpieza, ir a la playa o a la piscina (cuando no había en la casa), salir a pasear,….  Cuando lo recuerdo, me maravillo de cuan fluida era la repartición de tareas y, también, de los «currazos» que nos pegábamos los mayores.

En esos años hubo casas de todos lo niveles, formas y estilos, también hubo casas en diferentes rincones de la isla aunque, en algunas, repetimos varias veces. En todas ellas generamos experiencias memorables de diferentes carices: el año que no paraba de llover, la casa que se rompieron las cañerías de las aguas sucias, la que tenía muchas habitaciones, la que todos los jóvenes dormían juntos en colchones en el suelo, la que apareció una gallina muerta, la de piscina grande, la que hizo un calor insoportable, la plagada de mosquitos… en realidad, ahora veo, que muchas de las anécdotas que se convertían en «leyendas familiares», fueron imprevistos más o menos difíciles de vivir que, como familia, aprendimos a relativizar y a transitarlos con humor.

Pudimos comprobar que la felicidad no depende de las circunstancias externas,… ni de tener lujos.

Siempre hubo de todo durante el mes de convivencia, con sus momentos de «terapia en familia», así que no faltó ninguna de la gama de emociones, pero sin duda «The Queen Emotion is»… la RISA.

Tal es así que, el 10º Aniversario de las casas de verano, lo celebramos con un «Festival Familiar» mostrando nuestros talentos todos los miembros  de la familia. En individual, pareja, trío o grupo,… en cualquiera de las artes y con mucha capacidad de reírnos de nosotros mismos. Fue tal el éxito del evento, que lo repetimos cada año y el «Festival Familiar» se convirtió en el día preferido de nuestros hijos. Hicimos monográficos de temas e, incluso, hubo homenajes a diferentes miembros para mostrarle, entre todos, las razones de nuestro aprecio, consiguiendo cada vez que, el conmemorado, no se enterara que era el protagonista, hasta el día del Festival.

Complicidad, risas, conversaciones, descanso, cantos, lecturas, juegos, refrescarse,… los recuerdos son exquisitos, los primos mantienen una relación especial entre ellos por todas esas vivencias compartidas y, además, tenemos documentos gráficos de muchos de esos momentos por mi afición a grabar en vídeo y hacer fotos, incluso antes de que aparecieran los móviles.

Lo reconozco, mi familia es realmente especial, mi padre y mi madre han hecho una gran labor porque ellos son ejemplo vivo de haber evolucionado, más allá de lo que recibieron, generando un impulso, un aroma, que impregna una «herencia» que no es de dinero, es de valores, es de raíces, es de AMOR.

Agradezco cada día poder contar con todos ellos, porque nos aceptamos y apoyamos tal como somos, incondicionalmente. Lo que hemos recibido, cada generación lo mejora. Ahora mis padres están en esa fase de la vida que necesitan ser cuidados y es otra clase de prueba para nosotros, con nuestras vidas llenas de compromisos, trabajo y estrés, pero conseguimos hacernos cargo, dándoles todo aquello que sentimos que necesitan para ser felices en esta etapa. Y, lo más importante, lo hacemos con gusto y seguimos con el sentido del humor, incluso en los momentos más difíciles y viendo que se van acercando a su final en esta tierra,… pero no en nuestros corazones. Si existe un cielo, ellos tendrán plaza privilegiada y vuelo directo, sin ninguna duda.

Esta Navidad de 2023 conseguimos volver a reunirnos todos a su alrededor, cada vez es más difícil porque los pequeños se hicieron adultos, con sus propias trayectorias y compromisos sociales y laborales, que lo hace complicado. Volvimos a cantar los «popurrís» que hasta ellos que se están quedando sin memoria, son capaces de reconocer, porque estas músicas son vibraciones que expanden el amor que sembraron en todos nosotros. Y les viene de vuelta, como todo en la Vida.

Me encanta ver el respeto y el cariño que les muestran todos y, los que ahora estamos cogiendo el relevo, procuramos recordarles nuestro amor y darles las gracias en cada encuentro, que puede ser el último.

En mi corazón mis padres son roca, viento, agua, flor. Son raíces profundas y alas en el cielo. Son luz que refleja la mía. Gracias por Ser.

EL EQUIPAZO

 

La sorpresa en el masaje tántrico

Casi nunca el masaje tántrico se parece a aquello que habías imaginado, de hecho, siempre es mejor no imaginarse nada. La sorpresa puede venir en cualquier sentido, porque respirar y soltar el mental, al tiempo que despiertas los canales energéticos del cuerpo, es muy poderoso. Cada persona, en cada sesión, hace un viaje de descubrimiento de sí mismo y, el propio Ser, decide cuál es el regalo en cada ocasión.

Mi primer masaje tántrico con Llucia fue realmente increíble, fantástico, si no lo hubiera experimentado, no lo podría creer.
Con su charla antes del masaje fui descubriendo el inmenso poder del cerebro y la guía de Llucia durante la sesión de masaje es algo fabuloso!!!
Lo recomiendo a cualquier persona, si queda tan sorprendido como yo, entonces será otra persona encantada de conocer a Llucia y su buen hacer.
Un saludo!!

J.

Crecer como hombre con el masaje tántrico

Me maravilla cuando una persona joven muestra interés por el tantra, ya que, al ser un camino de autoconocimiento, suele despertarse más tarde la curiosidad por conocerlo.

Es como ver abrirse una flor que se prepara para dar frutos. Es un acto de confianza hacia sí mismo, un acto de fe hacia otro ser humano que apenas conoces, un acto de amor incondicional para aceptar una conexión muy profunda…. para luego soltar cualquier apego a la experiencia.

Agradezco la posibilidad de acompañar preciosos y sutiles despertares, que promueven la libertad de saberse energía vibrante, pululando por el Universo.

El lenguaje de la energía es Universal y no tiene edad.

¡Realmente me encanta haber experimentado el masaje tántrico contigo! Gracias por el tiempo que te tomaste para explicarme todo.

Durante el masaje traté de no pensar en nada, de dejar ir mi mente. Pero sé que es un ejercicio difícil para mí, porque no me atrevo a perder el control.

Recuerdo un momento en el que estaba muy relajado.

Al final me sentí más seguro, como si estuviera asumiendo el hombre, el ser humano que soy. Como si todavía fuera un niño y me ayudaras a ser consciente y orgulloso del hombre que soy.

El final fue muy intenso, sentí mucha energía, ¡¡Gracias!!

¡Quiero intentarlo de nuevo, seguir este camino y descubrir mejor este mundo invisible!

Espero aprender a hacer el amor con la misma intimidad y conexión profunda que tú transmites.

E. C.

Qué es el Tantra para mi

He llegado de pleno al Tantra con 56 años y, aunque siempre mantuve cierto contacto a través de mi curiosidad, algunos talleres y lecturas, realmente mi inmersión fue a raíz de hacer la «Formación de Masaje Tántrico y Cura Sexual» de Verma Rodríguez, una formación completa, profunda y muy reveladora para mi.

Tengo una actitud ecléctica desde que era niña, me gusta descubrir cosas nuevas y encontrar relaciones entre todas las cosas. No me «caso» con nada y me gusta aprender de todas las experiencias y personas que se cruzan en mi camino. Escucho  lo que me «resuena» y dejo que mis intuiciones me guíen. El cuerpo me «habla», aunque aún estoy aprendiendo a escucharlo cuando susurra. Me equivoco muchas veces y eso lo empleo para redirigir mi energía a través de la experiencia sentida y vivida… Prueba, ensayo y error. La actitud científica aplicada a lo intangible: el sentido de la vida.

En realidad, cuando reflexiono sobre qué es el Tantra para mi, veo que yo estaba aprendiendo a ser Tantrika sin saberlo. Todo mi camino de crecimiento personal para entenderme y entender el mundo, transmutar el sufrimiento, ser yo misma y desindentificarme del personaje, decir que SÍ cuando quiero decir sí y decir NO cuando quiero decir no, conectar con la alegría de estar viva sin que dependa de que me guste lo que pasa o lo que siento…

Recuerdo que cuando era niña pensaba: no le tengo miedo a la muerte, porque se que cuando llegue ese momento lo comprenderé todo, pero me gusta tanto la vida que quiero que la muerte me coja el máximo de tarde y haciendo algo que estoy disfrutando. Pura declaración de intenciones a muy tierna edad… quizás unos 8-10 años.

El Tantra para mi es ser yo misma, es gozo, libertad, compartir, recordar que somos Luz y vamos hacia la Luz, ser manifestación del AMOR, sentir la conexión con la «fuente» y entre todas las cosas, y entre todos los «planos»; RESPIRAR y respirar y volver a respirar, sentirme viva, expandir mi conciencia, casarme conmigo misma a través del matrimonio interior de Shiva y Shakti, mi conciencia y mi energía; Ser coherente entre lo que pienso, lo que siento, lo que digo y lo que hago; Sanarme poniendo luz, acompañar a otras personas mientras hacen su propio camino, respetar todas las formas, aceptar  lo que la vida trae; Confiar en la sabiduría de esa inteligencia que hace rodar el Universo en constante respiración mientras en su centro late la QUIETUD.

Así que los purismos no van conmigo, aunque los respeto y, además, se que a otras personas les sirven. Yo siento que en esencia la vibración y mensaje de Jesús y Buda, es totalmente afín; Que para conocerte mejor te pueden servir la terapia Gestalt, las Constelaciones familiares o los masajes tántricos. Cada persona encuentra su camino concreto de autodescubrimiento, lleno de curvas, cambios de rasantes y todo tipo de emociones.

Solo se, por propia experiencia, que a través de mi cuerpo y activando la energía con la presencia, la respiración, el sonido y el movimiento, las sencillas llaves tántricas, estoy viviendo expansiones de conciencia de gran creatividad y múltiples manifestaciones. Se que mi vida cotidiana se va llenando de sincronicidades, casualidades, causalidades, protecciones, facilidades, conexiones y momentos mágicos. Que cada vez es más común que otras personas que están a mi alrededor experimenten despertares, transformaciones y toda clase de «alquimias» en sus vidas.

Así que mi visión abierta, que incluye como material de aprendizaje todo lo que acontece y se cruza conmigo, tiene sentido por si misma. No es cuestión de creencias, es cuestión de vivencias. Es cuestión de energías.

Y claro, cuando algo funciona, me gusta compartirlo. Si te «resuena», te animo a iniciarte en la vía del Tantra y a recibir masajes tántricos, para sentir dentro de ti, qué significa para ti, aquí y ahora.

 

Mi querida tía Sita

Ha fallecido mi querida tía Sita y, a pesar de su larga vida, me ha cogido desprevenida la rapidez y lo fácil que se ha reunido con su gran amor, el tío Joan. Siento mi tristeza por no poder volver a compartir momentos con ella y me quedo con la certeza de que se ha ido a un lugar de luz y en la mejor compañía, porque siempre ha sido una mujer muy bondadosa.

Ella es la hermana pequeña de mi madre y en la infancia cuidó  muchas veces de mi, porque su hija Jero y yo tenemos una relación muy especial, así que en verano me acogía a menudo en las casas de la Colonia de St. Jordi y en invierno en la casita de Algaida.

Su partida me trae un mundo de recuerdos…

La tía Sita era guapa como una actriz de cine y elegante como una Reina. Tenía una mata de pelo sano y hermoso, que siempre supo peinar de mil maneras, lo tenía muy rubio de joven y, junto con unos ojazos claros y su piel morena, nunca pasaba inadvertida. Era una mujer de bandera, de las más presumidas que he conocido, sabía vestir como ninguna y siempre iba conjuntada, incluyendo el bolso y el pañuelo.

Era mediterránea y mallorquina por los cuatro costados, le encantaba el mar y sabía aprovechar cada rayo de sol, incluso en invierno. Cocinaba muy bien, toda clase de platos de «xuc-xuc» con mucho amor, de hecho, uno de sus dones era cuidar de la familia, en el sentido más extenso y, un poco, a la siciliana.

Era muy generosa, jamás iba de visita con las manos vacías, le gustaba regalar cosas y lo solía rematar trayendo una fantástica caja de bombones.

Hablaba a menudo en diminutivos y era la mujer más «poma» que he conocido (es una expresión mallorquina que se refiere a una persona muy inocente e ingenua) y, en su caso, era absolutamente encantadora y solo podías quererla.

Detrás de estos modales había una autentica «madona» mallorquina con muchas cosas claras y capaz de afrontar pruebas de fuego. De hecho, a lo largo de su vida tuvo diversos momentos de fortaleza interior inquebrantable, como cuando se reincorporó a la telefónica siendo ya mayor, reciclando sus conocimientos y currando fuera de «sa Roqueta» durante unos años. Aún más impresionante fue, cuando al enviudar hace unos años de su gran amor, mi tío Joan, se quedó viviendo sola, asumió una realidad difícil para ella, aprendió a manejar una Tablet y a meditar… con una entereza que ya querrían algunos monjes tibetanos.

Escribió durante toda su vida un diario donde contaba lo más importante que le había pasado, ni que fuera lo que había comido ese día. Últimamente llevaba un tiempo revisando y recordando todas esas experiencias de una vida plena, muy dedicada a la familia.

Era generosa y bondadosa, recuerdo los desayunos de la Colonia con ensaimadas recién traídas del horno, los Lacaos, las comidas ricas del mediodía, las cenas en la terraza… siempre había detalles de aquello que más nos gustaba a cada uno.

La tía Sita era como una segunda madre para mi… amorosa, nutritiva, paciente y cuidadora, siempre me hizo sentir como en casa y a mis primos los quiero como si fueran unos hermanos más.

Amó mucho y fue amada, su legado es una continuidad de ese amor en la cadena familiar que ahora ya se extiende a una bisnieta que llegó a conocer.

Iba a decir que deja un hueco en mi pero, realmente, lo que siento es que deja una plenitud que nunca olvidaré.

Te quiero mucho tía Sita, deseo que vueles muy alto y siempre te recordaré.

Gracias por estar en mi vida.

Conservar la energía con el masaje tántrico

Cuando una persona está ávida de conocimiento, utiliza cada vivencia para aprender a mirar el mundo desde un lugar nuevo, con inocencia y flexibilidad. Entonces se despliegan regalos en cada encuentro. Y se puede aprender a conservar la energía, para disponer de ella cuando la necesites.

Estoy muy contento de haber tenido la primera experiencia de recibir masaje tántrico con Llucia, en muchos puntos me ha dado en el clavo con las recomendaciones, también me ha gustado mucho la apertura que tiene para dar el masaje, así como la naturalidad y el cariño, pude conectar con esto cuando estaba recibiendo el masaje y me quitó muchos filtros que tenía. Me gustó el punto humilde y honesto desde el que lo hace.

He notado cambios, tuve sensaciones nuevas después del masaje y estoy encantado por haber tenido esa vivencia, recomiendo a todo el mundo que lo pruebe.

R.

La alquimia de la respiración en el masaje tántrico

Respirar, respirar, respirar,…. confiar, abrirse a lo nuevo, observar las sensaciones,…. traspasar la conciencia al cuerpo y descubrir potencialidades no imaginadas. Respirar…. Ampliar la visión del mundo. Ampliar el espacio interior. Respirar…. Reconocer que no todo se puede explicar con palabras o percibir con los sentidos conocidos. Respirar…. Descubrir nuevas formas de gozar y vivir en Paz…. Esos son algunos de los dones de recibir un masaje tántrico mientras oxigenas cada una de tus células con la «respiración conectada». ¡Tanto por aprender de lo intangible!.

Hace unos días tuve mi primera experiencia con un masaje tántrico y, reflexionando, he descubierto que siguiendo las pautas de respiración que me indicaba Llucia pude desconectar completamente y sentir como sus manos repartían mi energía y la que ella aportaba por mi cuerpo, cómo recogiéndola suavemente para después repartirla enérgicamente hacia otras partes del cuerpo y eso hacía que notara sensaciones que mi mente y mi cuerpo desconocían.

Cuando llegué al masaje estaba como intranquilo y un poco inseguro por la experiencia nueva, pero, después de la conversación con Llucia me relajé, ya que cuando me habló y me miró a los ojos me dio mucha tranquilidad y seguridad.

Al principio de la sesión, una de las sensaciones que recuerdo es que, a partir del abrazo que recibí de Llucia, las dudas y los miedos se disiparon. Durante la experiencia sentí que más bien era un viaje por mi cuerpo, donde sus manos me llevaron a un estado mental totalmente relajado y a unas sensaciones en el cuerpo que iban desde la relajación al placer sensual y enérgico, algo nuevo para mí. Al salir del masaje estaba muy relajado y muy tranquilo.

Después de varios días aún recuerdo olores, sensaciones y algo que corría por mi cuerpo, a momentos suavemente y, en otros, como si pasase a otra dimensión a una velocidad muy grande. De hecho, en momentos del día, ya sea en el trabajo o en casa, cuando me relajo un poco, me vienen a la mente sensaciones que me hacen sentir muy tranquilo, incluso me viene el olor al aceite y el sonido de la sesión, y cada mañana al despertar, me siento bien.

Me he dado cuenta que tengo muchas cosas que aprender sobre mi cuerpo y, después de esta primera sesión, vendrán más para descubrirlas.

Llucia muchas gracias por acompañarme en esta experiencia.

O.J.